Es zurda, mide 1.80 metros y, aunque apenas tiene 21 años de edad, ya acumula experiencia como voleibolista profesional. Se trata de Sofía Cuartas, quien acaba de retornar de la liga de Finlandia, donde fue subcampeona con el club Jymy Volley.
Sofía creció en el barrio La Floresta y empezó a practicar este deporte a los 9 años en Pony’s Club, pero luego pasó al semillero Greenland, en el que se pulió. A los 14 tuvo su primer llamado a una selección departamental de mayores. También integró la Tricolor, con la que fue campeona bolivariana sub-23, y estuvo en el clasificatorio a los Juegos Olímpicos en Polonia hace dos años.
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Ahora intenta convencer con su juego al nuevo entrenador nacional, el brasileño Guilherme Schmitz, para buscar un lugar en la preselección Colombia que irá al Mundial de Tailandia entre agosto y septiembre del presente año.
Sofía estudiaba Ingeniería Química en la Universidad de Antioquia, pero se retiró para irse a Finlandia. Actualmente, cursa Administración de Empresas en la UNAD, una universidad virtual de Bogotá.
En relación con sus vivencias en Europa, la deportista relató que ha sido uno de los grandes retos que ha tenido hasta el momento. Primero, porque es un país lejano, ubicado en el norte del Viejo Continente, donde hace demasiado frío. Segundo, fue una oportunidad retadora porque es una liga buena, y allí tuvo la opción de jugar en otra posición, pues toda la vida había actuado de opuesta. Allá lo hizo de punta.
“También me llamó mucho la atención que es una liga que no tiene límite de jugadoras extranjeras, entonces el nivel es muy alto. Me fue bien, el equipo venía de ser el último de la tabla y logramos ser subcampeonas”, agrega.
Entre lo que más destaca, “es que Finlandia es uno de los países más desarrollados del mundo, con un estilo de vida diferente, empezando porque llegué a estar a menos 25 grados de temperatura. Lo más difícil fue el clima. Con el idioma no tuve problemas, todo el tiempo hablé inglés, y con la alimentación tampoco, porque se alimentan con cosas muy básicas”.
Entre sus proyectos está seguir jugando en Europa; no en vano ha recibido ofertas de Suiza y Portugal, o seguir en Finlandia.
La voleibolista, que por estos días busca el título nacional con Antioquia, juega con el número 4 en su uniforme y este jueves hará parte de las semifinales en el coliseo de la Universidad de Medellín. Manifiesta que el certamen le ha parecido de un nivel altísimo. “Esperábamos que fueran más equipos, pero es algo que se sale de las manos; otras ligas no pudieron participar. Sin embargo, las que están me parece que tienen jugadoras de rendimientos muy altos”.
La última vez que jugó con Antioquia mayores fue hace aproximadamente cuatro años, y ahora se muestra feliz por el retorno. En la competencia hay dos equipos paisas en una categoría que estuvo un tiempo sin reunirse. “Eso nos tiene muy contentas: jugar en casa y tener la oportunidad de estar en la final y hasta ser campeonas”, añade.
Para ella, Valle es el rival más fuerte porque posee mucha potencia, con jugadoras altas y de experiencia, la mayoría profesionales. En caso de que se dé una final ante este adversario, cree que será compleja, “pero Antioquia siempre se ha destacado por la berraquera e inteligencia en su juego, por su nivel de defensa, recepción y, más que todo, por el corazón con el que juega”.
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Finalmente, se muestra optimista de poder volver a vestir el uniforme tricolor en el ciclo que se inicia con Guilherme Schmitz. “Gracias a Dios estuve en el proceso de Antonio Rizola y estoy muy agradecida porque aprendí mucho. Espero estar en el proyecto nuevo y aprovecho el torneo nacional para mostrarme y tener la posibilidad de ser convocada. Sé que es un puesto difícil, que todavía estoy muy joven y que hay jugadoras con mucha experiencia, pero siempre hay que soñar en grande y dar el 100 % para tener la opción”, puntualiza Sofía, una de las nuevas figuras del voleibol colombiano.
