En el mundo la proporción de hombres y mujeres es de 50,4% frente a 49,6%, respectivamente; casi una paridad según la Organización de las Naciones Unidas. Paradójicamente, en la lista de las 74 personas más poderosas del mundo de 2016, elaborada por Forbes, solo hay 6 mujeres; es decir, la proporción es de 91 % frente a 8%; de todas formas, un avance frente a 2009 - cuando comenzó la lista - año en el que la participación femenina fue de apenas 4%.
Apenas y se está empezando a entender que la participación de las mujeres en las organizaciones públicas y privadas, además de una necesidad -ellas componen la mitad de la población mundial- trae beneficios económicos. Un gran paso lo dio en el 2012 la Organización para el Desarrollo Económico, Ocde, al afirmar que “cuando más mujeres trabajan, las economías crecen”. Tres años más tarde, un estudio de McKinsey & Company concluyó que “las empresas con tres o más mujeres en funciones de alta dirección tienen una puntuación más alta en todas las dimensiones de la eficacia organizativa”. Y para hablar del futuro, la ONU advirtió recientemente que “si las mujeres desempeñaran una función idéntica a la de los hombres en los mercados laborales, el Producto Interno Mundial (PIB) podría aumentar en 28 billones de dólares de aquí a 2025.
Sí, todavía falta lograr igualdad en el mercado laboral pero el panorama actual da señales de mejora. Hoy, por ejemplo, la mayor empresa de carros de Estados Unidos (General Motors) es dirigida por una mujer: Mary Barra. Entre los gigantes de la tecnología también sobresalen IBM, con Ginni Rometty a la cabeza, y Oracle, dirigida por Safra Catz. En el mercado de alimentos y bebidas, Pepsico comandada por Indra Nooyi.
Más cerca también hay casos para resaltar: el mismo Pepsico en Colombia está dirigido por Mónica Contreras, mientras que el gigante de los combustibles Terpel tiene a Sylvia Escobar con la batuta y uno de los grandes líderes de la infraestructura, El Cóndor, es guiado por Luz María Correa, solo por citar algunos ejemplos.
Y aunque nunca en la historia Colombia ha tenido una presidenta, la participación de ellas en la política es cada vez más grande. En 2017 por primera vez en la historia del país, ocho presentaron su nombre para aspirar a la Presidencia, el mayor cargo público; pero hoy cinco de ellas adhirieron a otros candidatos o desistieron de su aspiración. Siguen Martha Lucía Ramírez, Viviane Morales y Piedad Córdoba.
Rocío Pineda García, investigadora social y magíster en género, sociedad y política de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Buenos Aires, asegura que esa es una muestra de los avances que las mujeres han tenido en la sociedad y, a la vez, de los retos que las esperan. Una de las claves de ese avance en lo público ha sido, según ella, la Ley de cuotas que obligó al Estado a que por lo menos el 30 por ciento de sus directivos fueran mujeres. Según el Departamento Administrativo para la Función Pública, hoy ellas ocupan el 38% de los cargos de máximo nivel decisorio en el Estado, mientras que en cargos de otro nivel decisorio (ya no directivo pero sí administrativo) la participación femenina es de 41%. Eso quiere decir que la ley se está cumpliendo y que, al menos en lo público, hoy las mujeres tienen mayor participación que en el 2000 cuando se expidió. Algunos sectores políticos han discutido -más en privado que en público- que la ley de cuotas apela sobre todo a los números y no tanto a los méritos y que, en muchos partidos, en el pasado, optaron por incluir candidatas “de relleno” solo para cumplir la ley.