A los grandes diseñadores en la historia de la moda los ha unido la pasión por el arte, “Coco Chanel idolatraba a Picasso, Elsa Schiaparelli a Salvador Dalí y Jean Cocteau e Yves Saint Laurent estuvieron profundamente influidos por su gran amigo Andy Warhol”. Así lo contó Charlotte Seeling en su libro Moda, el siglo de los diseñadores.
Ese cariño que se han profesado unos a otros no es lo único que los une, cuenta Seeling que el arte influye y actúa sobre las obras de los creadores de moda y algunas veces, “los maestros también se ven estimulados por una tela determinada”.
Explica el docente de la facultad de Diseño de vestuario de la Universidad Pontificia Bolivariana, William Cruz Bermeo, que existe una relación intrínseca entre los dos campos, que para algunos son dispares. “Esa diferencia no significa que ambas formas de expresión se hayan tocado en algún momento de la historia. Muchos diseñadores han sido entendidos como artistas y el vestido puede ser un terreno de expresión plástica y ser un objeto de arte”. Es una relación recíproca y constante. “El arte se convierte en un campo capaz de oxigenar las formas y estéticas presentes de la moda”.
Los museos se involucran
Cuenta Chía Jaramillo, exdirectora del Fashion Group Internacional región Colombia, que el expresidente de Francia, François Mitterrand, dijo alguna vez que si los museos no abrían sus espacios para hablar de la moda quería decir que no estaban expresando la cultura desde el vestuario. Basta recordar exposiciones emblemáticas, como la que realizó el diseñador japonés Issey Miyake en el Museo de Arte Moderno de la Fundación Cartier de París, a finales de los 90, y otras exposiciones y conversaciones más actuales, como las que ha traído el Museo Metropolitano de Arte Nueva York (en la imagen) que cada año realiza una gala y una retrospectiva de un tema que tenga que ver con la moda.
Ahí, explica Cruz Bermeo, se genera la pregunta sobre si ese tipo de cosas de la vida cotidiana es arte, “esos vestidos que se llevan a los museos, por lo general, han marcado una nueva variante estética, una forma de entender el cuerpo, han significado un cambio o disrupción en la historia de la moda y dentro de la misma sociedad, por lo cual muchos de esos vestidos también empiezan a cargar con el valor de ser unas piezas o documentos históricos”.
En Colombia
“Ver la moda en un sentido más figurado y conceptual, pero que realmente ayude a darle un significado que esté muy por encima del tema comercial” ha sido una meta del Fashion Group Internacional en el país, explica Jaramillo.
Por ello, mañana comenzará en el Museo Maja, de Jericó, en el suroeste antioqueño, un evento llamado Sustratos: diálogos entre arte y textil que contará con exposiciones, conferencias, talleres y paneles de discusión “alrededor de cómo se generan entramados sociales y sensibles a través del arte y el diseño, y se construyen visiones colectivas del mundo, donde se manifiesta la esencia más profunda de la condición humana”, explica Jaramillo.
Allí expondrán las artistas Ana Isabel Díez, Ximena Escobar y Juliana Correa y a las diseñadoras Andrea Landa y Natalia Botero. Y como lo certifica Jaramillo, “su común denominador es intervenir los textiles para volverlos obras e indumentarias”.
Será el espacio para mostrar que ambas disciplinas tienen mucho en común y más historias para contar.