Subaru renovó a partir del segundo semestre de 2015 su modelo Outback, que poco a poco se ha convertido en un jugador del segmento de las SUV, que gracias al desarrollo motriz de la marca es capaz de afrontar terrenos escarpados medios como algunas vías secundarías y terciarias del país con presencia de piedra suelta, arena y lodo que hacen que la tracción pueda patinar y perderse en otros vehículos
La tecnología All Wheel Drive facilita que el carro se adentre en terrenos escarpados al entregar la potencia necesaria a cada rueda de acuerdo con sus condicciones de tracción, de manera automática.
Esta quinta generación de la Subaru Outback presenta cambios sutiles. Su parrilla hexagonal y las luces led diurnas son quizá lo más notable.
En el interior se amplió la distancia entre las plazas trasera y delantera y los materiales de recubrimiento, cueros más suaves al tacto y presencia de aplicaciones en madera o aluminio pulido, mejoran su apariencia.
Al conducirlo por una zona con presencia de piedra y algo de lodo, en la que es fácil para otros vehículos perder rumbo, la Outback no resintió en ningún momento estas características.
Además, al mejorar su altura del piso, con 21 centímetros, también logró sobrepasar esos obstáculos con un esfuerzo mínimo.
En asfalto y terrenos de curvas exigentes, la disposición de su motor bóxer, bien sea el 2.4 o 3.6 litros, con un centro de gravedad bajo, permite que el control de la dirección tenga un comportamiento neutro sin subviraje o sobreviraje considerable.
Extraña sí que la sensación de respuesta al acelerador no sea tan inmediata como se espera, aunque luego de un par de segundos la aceleración se sienta más progresiva y lineal.