Las recientes polémicas desatadas en Telemedellín, tras la solicitud de renuncias a la exgerente Johana Jaramillo Palacio y del director del Sistema Informativo Hernán Muñoz, reactivan el debate de la razón de ser de la televisión pública, financiada por el Estado, y de la autonomía de los canales regionales y locales.
El nuevo debate tuvo como protagonista a Hernán Muñoz que reveló que recibió por parte del entrante gerente presiones verbales “disfrazadas de peticiones o sugerencias que, entre otras cosas, tenían la intención de manipular información a favor de la Alcaldía. Si bien ellos deciden, tengo la certeza que informar desde lo público es, ante todo, un compromiso con la verdad”.
Al respecto, Deninson Mendoza, gerente de Telemedellín, se pronunció en diferentes medio radiales acerca de las declaraciones del periodista Muñoz: “Yo creo que en Telemedellín se tiene que hablar de la verdad, tenemos que ver las dos caras de la moneda siempre, los periodistas no pueden tomar posiciones cuando están contando una noticia, eran las cosas que venían pasando, yo llevo 15 días y vi cosas que no me gustaron”, expresó.
Este debate sobre la intervención, en los contenidos informativos, por parte de alcaldes y gobernadores, no es nuevo. En Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla se han registrado varios casos.
Un periodista que pasó por Teleantioquia, recuerda durante el período de un gobernador, los titulares del noticiero los enviaban desde la Oficina de Comunicaciones de la Gobernación de Antioquia.
Para la gente
Acerca de la premisa y objetivos que deben perseguir los canales locales y regionales, Mauricio Mosquera, que fue gerente de Telemedellín entre 2008 y 2012, expresa que estos “son creados para dar voz a las comunidades, exaltar la diversidad cultural y de expresión. La labor de los gobernantes es garantizar esa expresión y financiar estos medios para que cumplan su labor sin sesgos partidistas”.
Interrogado sobre si estos canales le deberían a apostar o no a la emisión de noticias, Mosquera apunta a que está bien que existan informativos en la tv pública, “pero estos tienen un compromiso mucho más fuerte con la responsabilidad informativa que cualquier medio privado. Siempre el mayor peligro del poder es creerse dueño de lo que se administra”.
Sobre esa pertinencia de tener o noticieros, Ómar Rincón, académico, con maestrías en Educación y Comunicación, expresó en un foro organizado por Telemedellín hace varios que años, que la televisión pública debería olvidarse de los informativos y más bien dedicarse a producir argumentales que recrean la historia y los personajes de cada región.
El doctor en Comunicación y docente de la Universidad La Sabana, Jerónimo Rivera, dice que sobre el concepto de televisión pública hay una mala interpretación por parte de los gobernantes que creen que es “institucional promocional”, en su concepto la tv pública genera contenidos para interés de la comunidad.
“Tiene una intención formativa, de convivencia y cultural”, dice Rivera, que señala que es “detestable y repudiable”, lo que está pasando con Telemedellín y en ese sentido la ciudadanía debe expresarse a favor que se mantenga la independencia informativa.
No son megáfonos
Germán Franco, director del Centro Atico Pontificia Universidad Javeriana, hace un llamado a proteger la televisión pública de los gobernantes que la quieren manipular, que la quieren convertir en megáfono para mostrar sus acciones.
En su concepto la televisión pública, que integran los canales regionales, locales y Señal Colombia, están llamados a construir relatos y narrativas que permitan entender la sociedad.
Sobre la pertinencia o no de los noticieros en la televisión pública reitera que son necesarios, siempre y cuando sean independientes, “porque cuando dependen del gobernante de turno dejan de hacer periodismo y terminan haciendo propaganda”.
Para blindar esos informativos y sus contenidos dice que estos espacios no deben ser operados por los canales, tal y cómo sucede ahora, donde los directores son nombrados por los gerentes.
En su concepto los noticieros, manejados por empresas independientes, deberían estar en una licitación pública. Resalta casos como el desaparecido Informativo de Antioquia y Hora 13, de Teleantioquia, que tienen esa figura y marcan distancia frente a las administraciones de turno.