Ella escucha, atentamente, desde una distancia segura. Recibe a algunos pacientes en su casa, mientras que a otros los atiende por medio de una pantalla, así son las condiciones que ha impuesto la pandemia.
Ella es la doctora Brooke Taylor, rol que interpreta la actriz Uzo Aduba, tres veces ganadora del Emmy y quien es recordada por su papel de Crazy Eyes en Orange Is The New Black, en la cuarta temporada de In Treatment (En terapia), un programa que HBO decidió retomar con otros personajes después de una década de pausa y que se estrenará el domingo 23 de mayo a las 8:00 p.m. La terapeuta tiene que enfrentar un duelo propio mientras atiende a quienes la necesitan.
Eladio es uno de esos pacientes. Él pasa el confinamiento con una familia adinerada que le paga por cuidar y atender a su hijo, un joven con discapacidad. Eladio lidia con insomnio y, cuando puede dormir tiene sueños extraños. El personaje interpretado por Anthony Ramos (Hamilton) se acerca a la terapeuta para intentar entender lo que le pasa.
También están Colin, John Benjamin Hickey (Jessica Jones) y Laila, Quintessa Swindell (Euphoria). El primero fue un emprendedor de la tecnología que cometió un crimen y lo pagó en la cárcel. Ahora se adapta de nuevo a la sociedad y las frustraciones que se le suman. Laila, por su parte, es una adolescente que enfrenta la negación de su familia ante su orientación sexual. El espectador es el que entra a esas conversaciones y obtiene una mirada de esas vidas íntimas.
Acercarse al personaje
Uno de los motivos que le atrajo a Aduba del proyecto fue que “nunca había visto una historia como esta contada desde el lente de alguien que se viera como yo”, desde la mirada de una terapeuta afroamericana.
“Queríamos mostrar otra cara de lo que era ser una mujer negra exitosa, porque hay muchas de ellas allí afuera y no vemos a muchas de ellas en las pantallas de televisión”, añadió uno de los productores ejecutivos de la serie, Joshua Allen.
Aduba no es terapeuta y cayó en cuenta de que “no es una hora al día que esta profesión está entregando. Este individuo sirve como un recipiente vacío que ayuda a contener y sostener lo que sea que esa persona trae, con el desafío de tener sus propios obstáculos y luchas desarrollándose en el fondo”.
Hay un constante intercambio que es el que genera las preguntas en una dinámica donde, en la pantalla, no hay muchos cambios u ambientes. En las conversaciones está el eje, “había que desarrollar la idea solo con el personaje y el diálogo, no hubo otras distracciones. Nos forzó a ir más profundo y a descubrir lo que había en la historia”, destacó Allen.
En la vida real, Aduba señaló que este es el rol que más se ha acercado a su personalidad. “Creo que lo que más resuena de ella conmigo es retomar la vida después de la muerte de un familiar”, dice. “Justo antes de empezar este proyecto perdí a mi madre, con quien era muy cercana”.
La actriz estadounidense fue lidiando con su duelo mientras le daba vida a una mujer que había perdido a uno de sus padres, coincidencialmente. “Sabía cómo se sentía y las formas que el dolor puede tener”. Al final, dijo ella, “lo que pude sacar del programa, de los pacientes y de la doctora Brooke fue soltar y lo que pasa cuando no se habla de lo que nos está sucediendo”. Añade que aprendió que precisamente el proceso a la sanación, para ella, “es a través de compartir”.
No siempre es fácil, destaca la protagonista. “Creo que el proceso de la doctora Taylor para tratar a sus pacientes es ir compartiendo parte de su vida y sus luchas para que ellos sientan una apertura que les permita evidenciar por lo que ellos están pasando –apunta la actriz.– Creo que la persona con la que menos es honesta es con ella misma, pero tiene la habilidad de ser leal con otras personas e incluso más con sus pacientes que con sus amigos y seres queridos. Es como una especie de isla cuando se trata de su propia vida, pero intenta ser tierra firme en relación a sus pacientes”.