Tal vez usted se acuerde de la última vez que salió a acampar. A su memoria llega la maleta de cinco kilos que le tocó cargar durante media hora antes de llegar al campamento, la comida en lata, los sánduches con panes aguados que le tocó comer por la noche y el frío que pasó cuando durmió en una carpa hecha de plástico.
A lo mejor estas características del camping provocaron que la próxima vez que tenga posibilidad de un descanso prefiera buscar en un hotel en vez de un bosque.
Llegó el glamping
El campamento tradicional trae consigo la experiencia de conectarse con la naturaleza y desintoxicarse de la vida monótona, pero también implica una incomodidad, algo así como necesaria, que disuade a algunos.
Por eso nació el glamping, que mezcla los aspectos atractivos del camping y las comodidades de un hotel. Un modo diferente de acampar, estar “adentro” y al aire libre.
Para hacer esta actividad no tiene que llevar nada además de lo que empacaría si se fuera a quedar en un hotel, nada de carpas, sleeping bags (sacos de dormir) ni enlatados. Las instalaciones le estarán esperando y su modalidad cambia dependiendo del sitio en el que se hospede, algunos cuentan con cabañas, otros con carpas especiales o cúpulas.
La idea es que quienes no se sientan cómodos acampando de la manera tradicional puedan participar de la naturaleza y vivir la experiencia de dormir bajo las estrellas.
La diseñadora de viajes, Carolina Martínez, reconoce que “llevar el confort al campamento y a zonas muy bellas, ha transformado las experiencias viajeras. Ya no se tiene que escoger entre la naturaleza y el confort: el glamping ofrece los dos. Incluso, hay alojamientos de este tipo equivalentes a hospedajes cinco estrellas. No se limita a los bosques, como sí lo hacía el campamento tradicional, se puede encontrar en las playas, o incluso al lado de volcanes”.
Los precios varían, indica la especialista, según la locación, y lo que tengan incluido, pero pueden ir entre 280 mil a un millón de pesos por noche.
Conquistar al público
En su experiencia, quienes buscan esta tendencia son, en su mayoría, viajeros experimentados que quieren otra alternativa al turismo tradicional. Su carácter de innovación hace que tome mucha fuerza, no solo por la experiencia nueva que otorga, sino porque permite acercarse a la naturaleza, sin necesidad de transformar el entorno.
Desde el punto de vista turístico, acampar con glamour representa la necesidad de hacer las experiencias viajeras cada vez más inclusivas. La especialista en turismo, Alejandra Cedeño explica, que “el glamping abre una opción a un grupo de personas en concreto (los que aman la naturaleza y no están dispuestos a sacrificar la comodidad por ella). Permite que los que prefieren descansar con confort también disfruten del aire libre. Lo más bonito es esto, que posibilita que la gente que no se sienta bien pasando la noche en una carpa pueda disfrutar de la naturaleza de primera mano”.
En Antioquia
Este fenómeno no surgió hasta mitades de 2000, y no fue hasta 2007 que se empezó a utilizar el término (la primera vez que se buscó en Google fue en mayo de ese año). Como movimiento es algo reciente, hasta el año pasado no había ni un solo glamping en Antioquia y solo cuatro en Colombia. Esto lo cuenta Valentina Prieto, propietaria de Levit Glamping, pionero en ofrecer sus servicios en el departamento. “Cuando nacimos era una tendencia que apenas estaba llegando. Ahora hay más de diez sitios en Antioquia. Es una corriente que está muy en auge y estamos creciendo como industria”.
Permitir que la gente viva la experiencia de la naturaleza y se lleve bonitos recuerdos, eso es lo que espera lograr esta nueva tendencia que transforma carpas de plástico en hospedajes más cómodos, comidas en lata o empacadas en bufetes especiales y las caminatas por el bosque en visitas guiadas.
El fenómeno crece, cada vez son más los lugares que ofrecen estos servicios.
En Antioquia, estos son los sitios para visitar glamping:
- Salvaje Glamping, en Santa Elena: el hospedaje se hace en carpas. Cuenta con chimeneas de leña, minibar y actividades especiales de senderismo.
- Levit Glamping, en Guatapé: sus instalaciones tienen forma esférica, son de color blanco y están flotando en el aire. Por eso le llaman “lunas” Cuenta con un jacuzzi, servicios de cayac, y actividades especiales, como citas románticas en un mirador o caminatas guiadas por un bosque.
- Glamping vital spa, en Guarne: Cuenta con cabañas, carpas y espacios especiales para reuniones empresariales. Ofrece servicios de bar y sesiones de spa en sus instalaciones.
- Bubble sky glamping, en El Retiro: En medio de la montaña se encuentran unas estructuras esféricas con paredes transparentes “bubbles”, cuentan con un jacuzzi y mayas especiales para broncearse. Por cada reserva que les hagan, plantan tres árboles.
- Hostal al bosque, en Santa Elena: El glamping no es el único de sus servicios. Cuentan con zonas comunes y espacios para compartir. Sus instalaciones cuentan con carpas especiales de tela y ofrecen leña para hacer una fogata.
- Teva glamping retreat, en Santa Elena: Sus carpas egipcias representan cada una un elemento de la naturaleza. Cuenta con servicio de wifi y restaurante.
- Botánico glamping, en Copacabana: cuentan con una cabaña, ofrecen sus servicios para ocasiones especiales, como aniversarios o cumpleaños. También cuentan con paquetes especiales para spas o noches románticas.
- Bambú city glamping: ubicado en el poblado, cuenta con un jardín grande y cabañas afuera. Ofrece además servicio de hostal con habitaciones compartidas por lo que sus precios pueden ser más económicos.
- All natural glamping, en Copacabana: El alojamiento consiste en una cabaña con cama doble, jacuzzi, fogata, asador y desayuno. Quieren brindar una conexión con la naturaleza de Copacabana.