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Palabras que narran mundos

  • Las historias se escriben todos los días y Lorena les da forma con su relato ágil y creativo. FOTO: cortesía
    Las historias se escriben todos los días y Lorena les da forma con su relato ágil y creativo. FOTO: cortesía
03 de septiembre de 2023
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La Colombiana

A veces es una inquietud personal que le llega de cualquier parte, otras es una conversación, un sentimiento o un lugar que se queda en su mente hasta que sale en forma de novela. En Esta herida llena de peces, la ópera prima de Lorena Salazar Masso, ese lugar al que regresa es el Chocó, donde vivió sus años de infancia y descubrió una cultura totalmente ajena a la de su Medellín natal.

La novela cuenta la historia de una madre y su hijo mientras navegan en una canoa durante tres días por el Atrato, un río que “huele a pescado en sal, naranja y madera mojada” y que, como un tigre, se los puede tragar enteros. Su debut llamó la atención de la crítica internacional que la recibió con generosidad. Sus derechos de traducción se vendieron a países como Francia, Alemania, Italia, Polonia y República Checa.

A pesar del sabor agridulce de exponer su visión al mundo, disfruta aquellas reflexiones que se hacen en clubes de lectura. Esos lectores juiciosos siempre terminan por hacerle ver algo nuevo.

De niña, no se soñaba entre libros, aunque sí tenía claro que la creatividad era eso que le hacía latir el corazón. Por eso estudió publicidad, su fuente de ingresos principal actual, que hoy maneja con el balance necesario para no drenar la energía que mueve la escritura creativa.

Ahora, luego de mucho movimiento y radicarse de vuelta en Medellín, las imágenes y momentos que le llenaron su memoria infantil, cuando vivir viajando por Colombia era lo cotidiano, toman nueva forma en su segunda novela, Maldeniña, que llegará al país a finales del año de la mano de Penguin Random House. En ella, una niña que vive en un pueblo de carretera, de esos por los que muchos pasan y pocos se quedan, presta sus ojos para invitar a habitar otros mundos.

Puede llegar una imagen, un diálogo, una rabia, un dolor o algo que no entiendo y se va transformando en un mensaje que empieza a hablarme, y de tanto hablar, le presto atención, porque me interesa y me mueve a escribir”, Lorena Salazar

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