La fachada de la estructura, próxima a derribarse, se convirtió en un homenaje a las víctimas.
Que no tiemble la voz para contar la historia y que aquellos que lo perdieron todo sean reconocidos.
Ayer la fachada del edificio Mónaco amaneció cubierta de carteles y mensajes. La mítica residencia de Pablo Escobar y su familia en el sector de Santa María de los Ángeles, en El Poblado, casi como un imperativo, sentencia: “hagamos memoria”. El sentido era, como rezan los mensajes, “no olvidar, reflexionar, renacer”.
La iniciativa, liderada por la Alcaldía de Medellín, es un homenaje a quienes padecieron una de las épocas más cruentas de la ciudad, así como a los relatos de las víctimas que, de acuerdo con la Alcaldía de Medellín, representaron 46.612 vidas menos entre 1983 y 1994.
Derribar, eliminar, reconstruir. Eso es lo que piden los habitantes...
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