Los golpes certeros con los que Íngrit Valencia derrotó por suspensión del combate a la centroafricana Judith Mbougnade fueron impulsados por su hijo Johan Estiven y la memoria de su abuela Aurora Valencia, quien murió cuando ella tenía 13 años.
La caucana -nacida el 3 de septiembre de 1988 y criada en zona rural de Morales- cargaba ayer con años de sacrificios mientras se estrenaba en unos Olímpicos. Y así, con esa carga, dio ataques certeros al rostro de su contrincante hasta dejarla sin posibilidad en el tercer de los cuatro asaltos.
“Salí a tirar los rectos para cogerla plena en la cara, eran muy visibles los golpes, por eso el juez intervino, eso me funcionó y siempre seguí ese camino. Lo importante fue que sentí el ring, era la expectativa,...
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