La música colombiana perdió a uno de sus más grandes representantes.
El maestro Jorge Villamil Cordovez, compositor y médico con cuyas canciones se enamoraron nuestros padres y lo seguirán haciendo muchos románticos, no sólo nos deja un legado de más de 200 piezas del cancionero popular, sino un ejemplo de vida.
Fue denodada su lucha en favor de los derechos de los compositores y músicos colombianos.
Humano y cálido, el maestro recibió múltiples reconocimientos nacionales, así como de los gobiernos de Chile, México y Rusia.
Su obra trascendió las fronteras patrias, a tal punto que fue grabada por artistas en forma de mariachi, sinfónica y grupos de cuerda.
Paz en su tumba.
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