Inquieto por "un llamado de Dios" Camilo Bernal Hadad empezó a escribirle desde Francia a su hermano en Colombia. Intercambiaron cerca de 30 misivas y al final el ingeniero Bernal, entonces aspirante a doctorado en Inteligencia Artificial, decidió regresar al país, estudiar Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá para ordenarse como sacerdote en 1987.
Con cerca de 38 años vinculado a la Corporación Minuto de Dios, 14 de ellos como rector de la universidad de la institución, el padre Bernal se posesionó el miércoles como director general del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena). Su vocación de sacerdote no quedará fuera de su oficina y dijo que cuando entregue el cargo quiere dejar una institución que ofrezca formación integral, con fuerza en los valores, en programas de calidad y con modernización tecnológica.
¿Cómo analiza la educación en el país?
"Lleva una senda correcta. Hay unos niveles de cobertura cada vez más satisfactorios, sin embargo me parece que hay que hacer un esfuerzo decidido y serio en la calidad, sobre todo en los temas básicos de lectura, escritura, matemáticas, ciencias, que son los temas fundamentales para poder generar desarrollo sostenible. No quiere decir que las otras áreas como las humanidades no sean importantes, pero creo que hay que hacer un esfuerzo muy grande. En educación superior también se ha avanzado en cobertura pero hay unos desafíos en calidad innegables.
También es un desafío desarrollar más la formación de técnicos y tecnólogos para que tengan las competencias adecuadas para mejorar la productividad de las empresas y la situación del país. Otro reto que tenemos es la formación de doctores y magísteres, hay tenemos un déficit inmenso".
Lo eligieron por una empresa cazatalentos ¿Cómo fue el proceso?
"Me hicieron el planteamiento desde la Presidencia de la República, comenté el tema con el padre Diego Jaramillo, que ha sido mi maestro, mi amigo y mi jefe y decidimos seguir en el proceso. Digo 'seguimos' porque fue una decisión conjunta, él mi animó a hacerlo.
Me llamaron del Departamento Administrativo de la Función Pública, que es como el área de gestión humana del Gobierno, para preguntarme si quería seguir en el proceso. Les dije que sí e inmediatamente una firma de cazatalentos se comunicó conmigo, me hicieron exámenes, entrevistas. Desde ahí hasta que me posesioné pasaron casi dos meses porque fue el momento que coincidió con la ola invernal y el Presidente tuvo que ocuparse de ello.
El 22 de diciembre hablé con él y acordamos que asumiría la dirección del Sena".
¿Cómo se asumió el nombramiento en su comunidad?
"Todo tiene su proceso y yo tuve que pedir permiso a mis superiores, aquí en Colombia y mi superior en Roma, y también al arzobispo de Bogotá como presidente de la Conferencia Episcopal, porque es extraño que un sacerdote esté en una posición ejecutiva del Gobierno. Si no hubiera tenido el permiso no lo hubiera hecho porque tengo clara conciencia de cómo es el servicio dentro de la iglesia y me parece mejor siempre llegar con el respaldo de mis superiores".
¿Cómo recibe al Sena?
"Bastante transformado de lo que tradicionalmente los colombianos conocíamos como dedicado a artes y oficios, con programas de corte, confección, modistería, carpintería, talleres de construcción y calzado.
En los últimos ocho años Darío Montoya (último director del Sena) hizo una real transformación. Por ejemplo, en los procesos académicos y estrategia educativa. Se transformaron los programas académicos de una manera tradicional a unos basados en formación por competencias. También en el método de enseñanza. Los jóvenes, sus cursos y programas, los desarrollan por proyectos y a partir de ellos empiezan a adquirir los conocimientos adecuados, como se trabaja en la vida real.
Desde el punto de vista de la tecnología se estructuraron, más que aulas, ambientes de aprendizajes. También el desarrollo de plataformas informáticas que permite ofrecer una educación virtual con dimensiones muy grandes".
¿Cómo le gustaría entregarlo?
"Me gustaría que se retomara de una manera muy fuerte el concepto de formación profesional integral, dado que si el Sena está llegando a millones de personas -sobre todo jóvenes- que se pueda inculcar en ellos principios y valores básicos para la convivencia.
Llamo integral a que los alumnos tengan conciencia de que, además de los conocimientos que adquieren, deben interesarse por ser buenos ciudadanos y contribuir al desarrollo de Colombia.
Un segundo tema es la calidad. Que todos los programas tengan aseguramiento de calidad, que sean competitivos no solo en el país, también exterior. Con un equipo de instructores muy bien consolidado y estructurado, no solo por su sentido de pertenencia a la institución, también en las competencias que ellos deben tener en los procesos educativos. Otro desafío interesante es continuar con la modernización tecnológica, porque en la medida que el Sena incorpore tecnología los egresados van a tener los conocimientos y competencias del uso de ellas en las empresas".
¿Es suficiente la educación para superar las brechas económicas?
"La educación es lo más importante pero no es suficiente. Es un pilar fundamental pero tiene que ser de calidad, porque sino es como abrir el grifo del agua y dejarlo abierto. Hay otros elementos que tienen que ver con el mejoramiento de la productividad en Colombia y eso está expresado en distintos documentos.
Hay un libro muy interesante del Banco Interamericano de Desarrollo que se llama La Era de la Productividad que expresa por qué América latina debe hacer mayor inversión en el recurso humano pero también en tecnología y acceso al mundo financiero, la bancarización de los más pobres, porque la universidad pudo tener ese desarrollo porque la gente tuvo acceso a la financiación".
En el Sena ha crecido la oferta de programas ¿hacen falta de otras áreas?
"El desarrollo de un país depende de la estrategia nacional en el Plan Nacional de Desarrollo y de las estrategias de cada región del país. Hay sectores como el de autopartes que el Gobierno ha definido de talla mundial, también el de carnes, cosméticos, energía, industria gráfica, desarrollo de software, turismo de salud, palma de aceite, chocolatería. La tarea es ayudar a la productividad de las empresas y el Sena está desarrollando y va a desarrollar nuevos programas que apoyen esos sectores. En las regiones depende de cuáles son sus apuestas de desarrollo y la institución estará ahí presente para ayudar y servir".
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