Las conversaciones en Ginebra por la paz de Siria iban a un ritmo suave. Han concluido dos días con enconados enemigos como gobierno y oposición sentados frente a frente y en la misma mesa. Por este motivo, las conversaciones de ayer se centraron en cuestiones humanitarias, como la liberación de prisioneros, entre los que la coalición denuncia que hay incluso 1.000 mujeres y 1.300 niños.
"El régimen tiene retenidos en las cárceles a miles de civiles. Son prisioneros de conciencia. Cualquiera que hable en contra del régimen, publique un artículo o de alguna manera apoye la revolución es detenido y torturado", dijo en rueda de prensa el portavoz de la delegación opositora, Monzer Akbik.
Hoy, no obstante, se espera que ambos bandos empiecen a arañar temas fundamentales y complejos del conflicto, todo el fondo político que tiene desangrado al país. Esta será el diálogo más difícil, puesto que las dos partes no se ponen de acuerdo en cuál es el objetivo de las negociaciones.
Para la oposición, el proceso de paz está encaminado a la creación de un gobierno de transición, tal como lo establece el "Comunicado de Ginebra", acuerdo de junio de 2012 y que es la base del proceso. Sin embargo, ayer la consejera de Presidencia, Buzaina Shabaan, decía que no se discute el futuro de Al Asad, sino para "restaurar la seguridad".
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