Una Facultad que desde sus inicios ha llevado en su savia el pensamiento franciscano.
Así trabaja desde hace 12 años la Facultad de Artes Integradas de la Universidad de San Buenaventura (USB), de la mano de su decano, Marco Aurelio Baquero, quien más que nadie ha profundizado en la idea de que primero se deben formar personas de bien, al servicio de la sociedad y luego al profesional.
"Formamos seres integrales en arquitectura y diseño industrial, que se convierten en herramientas para expresar su pensamiento y servir", precisó el decano, quien ha sido el artífice del pensamiento de la Facultad, integrando la filosofía franciscana a una manera propia de crear.
Y es que esas enseñanzas no las dejan solo en retórica y escritas en su misión, sino que las plasman en su quehacer diario en las aulas de clase.
"Nuestros profesionales, tanto de arquitectura como de diseño industrial son formados para la vida no para ganarse la vida que es muy distinto. Por ello, los docentes nuestros, además de impartir conocimiento, ayudan a que el estudiante se reconozca a sí mismo, a sus capacidades creativas. Ahí es donde el docente se convierte en un gran maestro, pues saca del interior las capacidades que tiene su alumno", anotó Baquero.
Una nueva escuela
Como el conocimiento es cambiante, es necesario enseñarle al futuro profesional cómo descubrir ese nuevo conocimiento. Eso piensan en la Facultad de Artes integradas de la USB, quienes aseguran que no forman estudiantes que diseñan según las tendencias y la moda del momento, o que copian diseños de otras partes, sino que proponen y se hacen las preguntas que cambian la sociedad.
"Queremos que nuestros egresados salgan pensando en que pueden crear nuevo conocimiento", adujo el arquitecto Baquero, quien lleva 30 años combinando su profesión de arquitectura con la enseñanza.
Modelo pedagógico
Dentro del modelo de enseñanza que maneja la Facultad, como se indicó anteriormente, siempre está la filosofía franciscana en la que el respeto por las ideas del otro es primordial y donde la verdad se construye entre todos.
En los primeros semestres los jóvenes reciben una alta dosis de trabajo en creatividad, en cultivar la semilla de las ideas, en reconocerse como personas auténticas, con ideas diferentes y a trabajar de manera conjunta con el docente. Se potencian las capacidades del otro y el profesor se prepara para aprender de ellos y enseñarles, lo que luego se evidenciará en los proyectos, trabajos todos hechos desde la perspectiva del estudiante y no desde la exigencia del maestro, lo que evita que el docente contamine las ideas del alumno.
"Trabajamos profundamente en el diseño de las ideas y luego en el tema técnico del edificio. Es así como priorizamos la parte filosófica donde se construye el pensamiento y luego llega la parte racional donde aparecen los dibujos y los planos", sostuvo Baquero.
La Facultad, según indica el decano, forma al hombre para que éste luego de convertirse en profesional se siga formando toda su vida y tenga una fuerte estructura intelectual.
"Aquí siempre pensamos en formar el ser para transformar el hacer", finalizó.
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