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Así se quiso infiltrar "La Oficina" en la Policía

UN ESCOLTA LE filtraba información clasificada a "La Oficina", de espaldas y a escondidas de sus jefes inmediatos: los comandantes de Policía de Medellín. La misma entidad se encargó de perseguirlo y judicializarlo.

  • Así se quiso infiltrar "La Oficina" en la Policía | El Colombiano | En el círculo se ve al agente García Higuita, quien aceptó cargos por concierto para delinquir. La fotografía corresponde a la época en la que escoltaba al general Dagoberto García Cáceres (derecha). Por su información, el ex uniformado recibía plata de alias "Cesarín" en una cuenta de Bancolombia.
    Así se quiso infiltrar "La Oficina" en la Policía | El Colombiano | En el círculo se ve al agente García Higuita, quien aceptó cargos por concierto para delinquir. La fotografía corresponde a la época en la que escoltaba al general Dagoberto García Cáceres (derecha). Por su información, el ex uniformado recibía plata de alias "Cesarín" en una cuenta de Bancolombia.
18 de marzo de 2010
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Los investigadores de la Dijín que el 28 de noviembre de 2009 capturaron al agente Edilson García Higuita, le concedieron un último deseo: ir a su casa para despojarse, con algo de más intimidad, del kepis, las insignias y la placa marcada con el número 44344, que lo identificó durante 21 años de servicio.

A las 5:15 de la tarde, García ya había sido notificado oficialmente por su jefe inmediato, el coronel Jorge Andrés Rodríguez Borbón, de que a partir de ese momento no sólo quedaba por fuera de su escolta, sino que quedaba detenido.

En medio de la mirada estupefacta de sus compañeros del Comando de la Policía Antioquia, donde se desarrolló el operativo, García Higuita fue esposado y enterado del delito que se le atribuía: concierto para delinquir agravado con fines de homicidio.

El silencio de este agente nacido en Buriticá, Antioquia, no parecía ser el de alguien que registra en su hoja de vida seis menciones honoríficas, dos medallas de compañero, dos más por servicios distinguidos y una condecoración de cuando cumplió 15 años en la institución.

La única explicación posible, como lo dijo en su momento el coronel Luis Eduardo Martínez Guzmán, actual comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, era que García Higuita fuera un "Judas" o que, simplemente, tuviera dos caras.

La primera de ellas, la de un hombre responsable, de buen trato, que dedicó 13 años de su vida a ser la mano derecha de los oficiales de más alto rango que han pasado por la Policía de Medellín y de Antioquia.

Pero el rostro que en ese momento todos dijeron desconocer, y que salió a la luz ese sábado adverso, era el de un sujeto que ocupaba un lugar estratégico dentro de 'La Oficina' y que era conocido con los alias de 'Sancocho' o el 'Ingeniero', según se desprende de la investigación que orientó la Fiscalía en Medellín, desde el 1 de junio de 2009.

Las interceptaciones a las llamadas que le permitieron a la Dijín (Investigación criminal de la Policía, con sede en Bogotá) establecer los nexos de 'Sancocho' con Hernán Darío Giraldo Gaviria o 'Cesarín' (cabecilla de 'La Oficina' capturado también el 28 de noviembre), comenzaron por pura casualidad.

Cuando la Fiscalía en realidad estaba tras la pista de un doble asesinato cometido en el barrio Campo Valdés, se encontraron con nuevos y ajenos interlocutores que planeaban homicidios y negociaban con fusiles y granadas en la Comuna 13, San Javier y El Socorro.

Dentro de las actividades criminales regentadas por alias 'Cesarín' hubo una que se planeó el 13 de agosto y que pretendía atentar contra la vida de un hombre al que nombraban como el 'Señor de la P'.

Las autoridades no pudieron evitar el crimen, pues desconocían la identidad de la víctima. Solo en la madrugada del 14, cuando estalló en los medios informativos el asesinato del emblemático empresario de las apuestas, Argemiro Salazar Salazar, se despejó la ecuación.

Por orden de 'Cesarín', al 'Rey del chance' le siguieron los pasos desde que salió de Face II, su reconocido negocio de striptease, hasta que llegó al Parque Lleras de El Poblado, adonde fue a cenar en compañía de un ciudadano norteamericano.

Se escucha en las llamadas que a las 3:37 a.m. alguien indica que "está hecha la vuelta". Entonces, 'Cesarín' celebra la gestión y pide estar pendientes "para que los muchachos que dispararon no tengan problemas", reposa en el expediente.

La pregunta obligada es: ¿qué participación tuvo el agente García Higuita -o alias 'Sancocho', si se quiere - en todo ese plan? La Fiscalía infiere de las interceptaciones que el escolta, "sin lugar a dudas, sostenía conversaciones en forma permanente con alias 'Cesarín', en las que entregaba información privilegiada y detallada de los operativos que se desarrollaban en la ciudad".

El uniformado filtraba además -prosigue el ente acusador- fotografías e información de capturados. Incluso, "cuando se dio su traslado del comando de la Policía Metropolitana a la Policía Antioquia, se puso a órdenes de 'Cesarín', señalando que ahora iba a tener la información de los 125 municipios", concluye.

Dicha información era filtrada por "El Ingeniero", de espaldas a sus jefes de turno, dice una fuente de la Fiscalía. Ahora bien, ¿desde cuándo García Higuita había desviado su camino? Las autoridades lo desconocen. Lo cierto es que, por el rastreo que se hiciera a una de sus cuentas en Bancolombia, el escolta recibía algo más que 30 denarios por traicionar a la institución, la misma de la que estaba a punto de jubilarse.

Pero ese no fue el único policía que les faltó a los principios institucionales. Según el informe, quien iba conduciendo el vehículo de 'Cesarín' al momento de su captura, era nada menos que un agente de la Policía adscrito a la Estación Itagüí.

La detención se llevó a cabo a las 13:24 p.m. del 28 de noviembre, en el corregimiento Manglar del municipio de Giraldo, Antioquia. Al bajarse del Chevrolet Aveo gris, poco pudo explicar el patrullero Milton Cuervo su presencia en ese lugar y mucho menos la razón de estar en compañía de un hombre que estaba dentro de los 41 delincuentes más buscados del Área Metropolitana y por quien se ofrecían 250 millones de pesos.

Pese a que no hubo elementos para judicializar su conducta, el coronel Martínez lo retiró inmediatamente de la institución.

"El agente estaba excusado del servicio por cinco días. La excusa además le recomendaba reposo total en su casa, luego no podía aparecer en otro sector del departamento, donde no debía estar y no podía estar institucionalmente", dijo Martínez.

"Yo mismo lo boté, porque hombre, él es un funcionario público, una persona que está para garantizar seguridad no para que ande con un bandido. Además, él no puede alegar que no sabía quién era el tipo al que le estaba manejando el carro", agregó.

Del patrullero Cuervo se sabe que por esos días estuvo en vacaciones y que perteneció a la estación Itagüí, unidad que fue objeto de una purga interna en julio de 2009. El 17 de ese mes es cuando se produce la captura del mayor Luis Augusto Manrique Montilla, comandante de esa jurisdicción, del subteniente Camilo José Pérez Parrado y de los patrulleros José Luis Moncada Ruiz y Alex Fernando Flórez; uniformados implicados en la desaparición de tres jovencitas en el municipio de La Estrella.

Todos se allanaron a cargos, menos Pérez Parrado, quien decidió irse a juicio para demostrar su inocencia. Por este incidente, quedaron en evidencia las conexiones y el nivel de camaradería que el mayor Manrique (condenado la semana pasada a 28 años de prisión) sostenía con miembros de la banda 'La Unión' de Itagüí, organización a la que también se le relaciona con 'La Oficina', por lo menos con el brazo que está al mando de 'Valenciano'.

Así eran los nexos
Para la Fiscalía, las relaciones del escolta García Higuita con alias 'Cesarín' quedaron demostradas a tal grado, que en la audiencia de legalización de captura, ambos no tuvieron más opción que aceptar los cargos. Los dos hombres están a la espera del monto de la pena, que el próximo 14 de abril será fijada por un Juez Especializado de Medellín.

El funcionario que dirigió la investigación dijo en audiencia que esta organización tenía permeadas las autoridades de Medellín, al punto que contaba con ayuda de personal adscrito a organismos del Estado, específicamente personal de la Policía Nacional, que le aportaban información valiosa, que le permitía operar con impunidad y asegurar los resultados de su actividades delincuenciales.

García Higuita nació el 10 de junio de 1971 y dentro de su hoja de vida está el haber sido el hombre de confianza de un puñado de coroneles que, si no están retirados, hoy son generales de la República y cuentan con un importante nivel de decisión en la institución.

Mientras estuvo el santandereano Dagoberto García Cáceres al mando de la Policía Metropolitana de Medellín (junio de 2008 a agosto de 2009), García Higuita era quien le contestaba sus teléfonos móviles y le conducía el vehículo oficial.

Además de ser el responsable de su seguridad, tenía acceso a los celulares de todo el empresariado antioqueño, del alcalde de Medellín, de los directores de los medios de comunicación y hasta del mismo presidente Álvaro Uribe.

García Higuita no solo escuchaba qué decía el General, qué órdenes impartía, qué orientaciones se daban por radio, sino que lo seguía, como una sombra, durante las casi 18 horas diarias que laboraba el oficial.

Una fuente que solicita no revelar su nombre asegura que si bien los escoltas no entraban a las reuniones en las que se planeaban investigaciones especiales en contra de miembros de 'La Oficina', sí conocían las entretelas de las operaciones en el terreno.

"Por celular se hablaban temas corrientes de la actividad de seguridad, porque todos presumíamos que estábamos chuzados. El General abrió unas investigaciones que él llamó estructurales contra unos miembros de 'La Oficina'. El asunto es que los dos resultados más importantes contra integrantes de la misma fueron obtenidos por la Dijín de Bogotá y por la Unaim de la Fiscalía, también de Bogotá: las capturas de 'Douglas' y Cesarín'", dice.

A la Policía Metropolitana de Medellín se le atribuye la investigación que dio con la captura de 'El Cebollero', pero ésta se remonta a la época del general Marco Antonio Pedreros (cuya salida de la institución fue solicitada por el propio presidente Álvaro Uribe), pues fue él quien lo presentó, junto con el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ante los medios de comunicación.

Hay que decir que en el período del general García se capturaron en Medellín 12.155 personas, entre ellas 1.052 que tenían orden judicial. Sin contar que la detención de uno de los peces más gordos de 'La Oficina', Fabio Edisson Gómez Ruiz, alias 'Riñón', fue obra de este oficial y de sus hombres del Gaula.

En el repaso de este episodio, según el coronel Martínez, quien tuvo a su cargo al agente García Higuita, de enero de 2007 a abril de 2008, cuando comandaba la Policía Antioquia, "un escolta, más que nadie, conoce qué hace uno, con quién se reúne, dónde se mete, a qué horas se acuesta, a qué horas se levanta, cuál es la rutina. Es un riesgo inmenso para uno".

Martínez, actualmente uno de los oficiales con mayor credibilidad y proyección en la Policía, tiene una teoría sobre la actuación del agente García: "es muy triste para la institución que una persona allegada a tantos comandantes, tanto de la Metropolitana como de la de Antioquia, se vea involucrada en una situación de estas. Pero el que es bandido es bandido".

Él sabe que los principios no se tuercen de la noche a la mañana.

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