Unos 48 civiles, efectivos de seguridad y milicianos murieron en una serie de ataques en este país convulsionado por la violencia, dijeron las autoridades este sábado.
Dos suicidas del Talibán atacaron una oficina de oficiales de inteligencia en la ciudad sureña de Kandahar y mataron a un agente. En la provincia de Kabul, se tirotearon un soldado estadounidense y un policía afgano y los dos resultaron gravemente heridos.
Los ataques del Talibán han aumentado paulatinamente en los últimos tres años como también la muerte de civiles atrapados en medio de la intensa guerra entre el Talibán, por un lado, y las fuerzas de Estados Unidos y la Otan por la otra.
La violencia del Talibán -que después de la invasión estadounidense del 2001 había quedado confinada mayormente al sur y este del país- se ha propagado este año a las provincias del norte.
Las fuerzas de la coalición y los afganos mataron este sábado a once milicianos en una operación nocturna en la provincia de Kunduz, dijo el jefe de la policía provincial Abdul Razaq Yaqoubi.
La operación fue dirigida contra combatientes del Talibán que facilitan las misiones suicidas e infiltración del exterior, dijo la vocera militar estadounidense capitana Elizabeth Mathias.
Agregó que "un número" de militantes murió. Agregó que se encontró material para fabricar bombas, municiones y granadas.
La operación no pareció estar relacionada con el secuestro de un reportero del New York Times y su intérprete afgano este mes, afirmaron funcionarios. Comandos británicos liberaron al periodista pero el afgano y un comando murieron.
En la provincia de Kabul, un soldado estadounidense y un policía afgano discutieron porque el primero estaba bebiendo agua frente a los policías locales, que no comen ni beben durante el día debido al mes de ayuno del Ramadán, sostuvo el jefe distrital Abdul Baqi Zemari.
El policía hirió al norteamericano y otros estadounidenses respondieron e hirieron gravemente al policía, agregó Zemari.
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