La agricultura es responsable de un 15 por ciento de los las emisiones de gases efecto invernadero, debido al uso intensivo de fertilizantes de síntesis química de fósforo, nitrógeno y potasio, así como pesticidas sintéticos.
Si la meta para el 2050 es disminuir dicha producción en un 80 por ciento, los cerca de 2.5 millones de agricultores del país tienen un verdadero reto. Ellos consideran estos productos como el método adecuado para acelerar la producción de sus cultivos afectados por la deficiencia de fósforo que tienen los suelos de las más de cuatro millones de hectáreas cultivadas en todo el territorio nacional.
"Lograr que los cultivos mejoren su productividad para alimentar a miles de millones de personas sin deteriorar los suelos y los hábitats es posible gracias a los productos orgánicos", dice la representante nacional de la Red Iberoamericana de Fertilizantes Biológicos para la Agricultura y el Medio Ambiente (Biofag), Nubia Moreno.
Carlos Ómar Patiño, estudiante del doctorado en Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional en Palmira, identificó siete aislamientos de dos bacterias capaces de disolver el fósforo y apoyar el crecimiento de las plantas. Los microorganismos podrían ser usados como biofertilizantes reemplazando el 50% de roca fosfórica (RF), material empleado como abono en los procesos agrícolas del país.
Los resultados de la investigación mostraron que, aplicando la RF simultáneamente con las bacterias solubilizadoras, el proceso se acelera disminuyendo la cantidad de material químico empleado.
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