Por estos días, el país entero tiene sus ojos puestos en el municipio de Bello, a causa de la tragedia que vive por la ola invernal y por todos los esfuerzos que se han unido entorno a las personas afectadas y sus familias.
En medio del dolor, hay una historia de empuje y superación que brinda esperanza a la región. Se trata de 120 empresarias que se la juegan toda por aportar al desarrollo de su comunidad, especialmente en este momento cuando más lo necesita.
Ellas han iniciado unidades productivas en diferentes sectores como confección, salud y belleza, manualidades y alimentos, con los que no sólo han logrado salir adelante ellas, sino que también esperan poder ser generadoras de empleo y motor de crecimiento de su región.
Se trata del proyecto de cooperación nacional e internacional liderado por Comfenalco Antioquia en asocio con la Comunidad de Madrid, la Fundación de Paz y Cooperación, la Alcaldía de Bello y la corporación Esumer, que tiene como propósito mejorar la calidad de vida de estas 120 mujeres del municipio de Bello.
A partir del desarrollo de sus capacidades básicas y empresariales, la articulación a oportunidades comerciales y la vinculación de sus familias y de organizaciones públicas y privadas, se busca impulsar las ideas productivas que estas mujeres de los estratos 1, 2 y 3 de Bello están desarrollando.
Historias de empuje
Ruth Esperanza García es una de las beneficiarias de este proyecto. Como muchas historias de emprendimiento, la suya empezó a partir de una situación difícil que se presentó en su familia.
"Hace ocho años mi esposo se quedó sin trabajo y fue en ese momento que vimos la oportunidad de crear una famiempresa".
Ruth decidió tomar un curso sobre manualidades en porcelanicrón para iniciar a producir figuras que su esposo le ayudaba a vender.
"Hemos ido creciendo poco a poco. Primero vendíamos las figuras en un solo almacén y ese fue el punto de partida para ir contactando gente. Vivíamos en Bogotá y empezamos a hacer contactos en Medellín. Mi esposo empezó a viajar y a traer pedidos, empezando por su familia".
Hoy, esta emprendedora vende sus frutas, muñecas, personajes y demás figuras en porcelanicrón en 12 almacenes ubicados en El Hueco, "más la gente que, en esta época, nos pide recordatorios y cosas especiales".
Una emprendedora innata
Isabel Cristina Arango empezó su primer negocio cuando tenía ocho años: hacía moñitos y se los vendía a sus amigas. "Después fueron sanduches, hamburguesas, galletas..., en fin. Así tuviera otros trabajos o estuviera estudiando, toda mi vida tuve ese espíritu de emprendedora. En muchas de esas otras experiencias fracasé, pero volvía a intentarlo. Con la ropa, ví un negocio más estable. Podía ser algo a lo que me podía dedicar".
Ella sacó de su mamá el gusto por la costura y desde pequeña empezó a diseñar su propia ropa.
"Cuando entré a trabajar, mis compañeras de la oficina empezaron a preguntarme de dónde sacaba mi ropa. Empecé a llevar algunas prendas hechas por mí, una o dos camisas o faldas que les vendía a mis amigas. Lo que eran dos prendas se convirtieron en 10, después en 20. Ya mis clientes no eran sólo mis conocidos sino personas que habían oído hablar de mis productos. Así fue que empecé mi negocio de ropa, que vendo con la marca Ruta Salmón".
Como en el caso de Isabel Cristina, el negocio de Ledis Valencia también nació de una pasión de la infancia.
"Desde pequeña siempre me gustaron mucho las manualidades y el dibujo. Cuando llegué a Medellín, empecé pintando cerámica, luego porcelanicrón y ya después llegó el arte country, me encantó y es a lo que me quiero dedicar. De todo lo que sé, es el fuerte".
Ella participa de las capacitaciones ofrecidas en el proyecto de Comfenalco Antioquia, en el que le están ayudando a formalizar su negocio, empezando por el nombre. Todavía no tiene sus productos en almacenes. "Vendo por referidos, gente que me conoce y le cuenta a sus amigos y familiares, muestran mi trabajo y me traen nuevos clientes. Mi hermana me ayuda también en esta tarea".
Pero ella tiene una meta muy clara y es la de crecer lo suficiente para empezar a generar empleo y contribuir al desarrollo de Bello, la localidad donde reside.
Resultados parciales
A la fecha, todas las mujeres vinculadas al proyecto han recibido capacitación y el 37 por ciento de ellas ha participado en jornadas o ferias comerciales para la exhibición y venta de sus productos.
Gracias a los resultados obtenidos, Ecopetrol se vinculó al proyecto en calidad de socio local, con un aporte de 80 millones de pesos, que serán destinados a la ampliación de la cobertura en 30 nuevos emprendimientos.
Otro de los logros del proyecto es la conformación del Fondo de Crédito Rotatorio de Alto Riesgo, que con un capital de 27 millones de pesos, se destinará exclusivamente a fortalecer los emprendimientos de las mujeres que participan en este exitoso programa.
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