Desde estas primeras líneas pido disculpas o mejor las ofrezco, solicito el perdón de muchos compatriotas porque para estas elecciones cambió la ortografía, pero en materia mínima: mi verbo para la fecha de las urnas está escrito con B larga, de Burro. Otros dirán que con la B de Bobo. Da casi lo mismo. Pero, ¿qué pienso votar? O ¿qué pienso botar? Un político "avispado" diría en su pancarta: BOTE su papeleta en el fondo de la urna... No sería extraño...
Quisiera Botar pero no es posible hacerlo porque nuestras leyes no permiten que se tome a un cristiano por el cuello, se saque de la camioneta blindada y se le envíe a otro país por 19 años, como receta el procurador. Perdón, porque se debe empezar con mayúscula: Procurador. Lo cierto es que en el país tenemos muchas cosas para botar, empezando por la basura que lanzó al alcalde bogotano a las tinieblas exteriores.
¿Votar en blanco? No, en esto de las elecciones no puede haber nada de racismo. El voto en blanco es BOTAR el voto. Como el voto es secreto no estoy obligado a decir si me enfrento a la urna o no me enfrento. Aunque aquí se presenta otro problema con el idioma. Si no votas por el DOTOR eres abstencionista, pero si votas por el DOTOR puedes ser OBTENCIONISTA, como el mismo DOTOR...
PAUSA. "El mayor engaño del diablo es hacernos creer que no existe".
YERBA. Los gringos son expertos en leyes, entre ellas destaca la ley del embudo que también hemos conocido por estos lados y seguramente la seguiremos conociendo por muchos años. El caso de hoy es que los yanquis, en muchos o en varios de sus Estados, han establecido vendederos de marihuana que se puede pedir como ensalada para adornar una hamburguesa o un perro caliente.
Claro que si le logran poner el ojo a un gamín que vende un porro cerca de un semáforo nos incluyen en la famosa ley Clinton, que, entre otras cosas, no la conozco bien pero que no nos hace justicia. Estas medidas del hermano gringo nos despiertan un poco la venícula semipoética para despacharme con la siguiente cuarteta:
Ahora ya venden californiana
Y el cliente dice pruebo y escojo
Pero a la fija la gringa es vana
Y al fin prefiero la punto rojo.
En fin, que el libre comercio. El famoso TLC trae sus ventajas. ¿O no parce?.
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