La preocupación es una sola: el camino hacia los Juegos Nacionales, de los cuales Antioquia es el actual campeón.
El gran dolor de cabeza para las ligas que tienen la misión de mantenerse en los sitiales de honor, es no poder contar con el número ideal de técnicos que venían trabajando las diferentes modalidades y procesos.
El golpe mortal fue el anuncio de Indeportes de bajar el número de entrenadores de 150 a 44, lo que representa el 71 por ciento.
Por eso no es raro que los quejidos, los lamentos, el "¿qué vamos a hacer?", sean el común denominador en todas las oficinas que rodean la unidad deportiva Atanasio Girardot, sede de la mayoría de las ligas paisas.
Basta ver el caso de disciplinas como la natación, el ciclismo y el atletismo, las mayores aportantes de medallería, para entender lo crítico de la situación.
"Lo único que le puedo decir es que en estos momentos sólo contamos con dos técnicos: uno de bicicrós y otro de ciclomontañismo", es la queja de Javier Ríos, gerente de la Liga de Ciclismo.
Y no se le escucha muy contento, porque en estos momentos John Jaime González, Efraín Domínguez y Benjamín Laverde, los encargados de la velocidad y semifondo, no tienen contrato. A la lista se le suma César Acevedo de bicicrós -el segundo de esta modalidad-, sin contar uno más de ciclomontañismo. Es decir, son cinco menos.
No muy lejos, en la rectora de natación, Javier Gómez, gerente de la entidad, enfatiza en que "uno puede pagar un técnico, pero cinco, queda bien complicado. No hay recursos para pagarlos, así seamos una liga solvente". Y es que pasaron de tener nueve entrenadores a cuatro fijos y uno que está pendiente.
De Fabián López (natación), Wilson Molina (clavados), Liliani Grenier (nado sincronizado) y Nelson Hernández (polo acuático), nada se sabe, están en el limbo.
"Así es muy difícil. Así seamos una entidad autosuficiente, necesitamos el apoyo para seguir adelante con los procesos", recalca Gómez.
Por los lados del atletismo la situación es más grave. Ya no hay monitores, como es el caso, principalmente, de Nasly Perea y Gilmar Mayo y peor aún, el de Jámer Ochoa, quien es el encargado de Urabá, zona que "produce" el 75 por ciento de los atletas antioqueños. "Es imposible desconocer que el deporte y la educación van de la mano", señala Jámer Ochoa, para quien los procesos deportivos van a quedar acéfalos.
Una jerarca tan chica en la entrega de preseas como el ajedrez -una de oro y una de plata en los Juegos del Valle del Cauca-, tenía presupuestadas como mínimo tres.
Eso lo tienen muy claro Carlo Victorino y Mauricio Ríos, quienes venían laborando con el deporte ciencia. Pero ahora la misión le tocará en solitario a Victorino.
Hay entrenadores como Leonardo González, ratificado en gimnasia, para quien la situación es complicada y unas ligas van a ser más "perjudicadas que otras", en el proceso rumbo a Juegos.
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