Tener razones no es lo mismo que tener razón. En la pelea entre Colombia, Venezuela y Ecuador, cada gobierno tiene sus razones pero ninguno tiene la razón:
-Las razones de Uribe son claras y legítimas: los gobiernos de Chávez y Correa han ayudado al enemigo militar de Colombia; estos son actos de agresión que contradicen el derecho internacional y exigen una respuesta firme del país agredido.
-Las razones de Correa son claras y legítimas: Colombia violó la soberanía ecuatoriana invocando un pretexto inadmisible, no pide excusas y se empeña en lanzar cortinas de humo.
-Y Chávez, que antes no tenía, ahora sí tiene una razón legítima: aviones de un gobierno hostil a Venezuela usarán bases aéreas de Colombia para misiones fuera de su territorio (pues si no fuera así, Bogotá y Washington no tendrían por qué firmar un nuevo Acuerdo).
Lo malo de las razones anteriores es que cada una en efecto constituye un casus belli o un motivo suficiente para ir a la guerra de verdad: apoyo al enemigo militar para Colombia, violación de soberanía territorial para Ecuador, y alianza con el Estado que planea invadir para Venezuela. Tanto es así que Chávez y Correa hablan cada vez más de escenarios militares, mientras Uribe insiste en defender "intervenciones preventivas".
Pero la guerra no es una opción seria para ninguno de los tres gobiernos, y cada uno de ellos está encartado con la razón que tiene: Si no es la guerra quedan los discursos, los gestos desafiantes y las retaliaciones secundarias o indirectas que por lo mismo no resuelven el problema.
Los tres gobiernos tienen razón, pero ninguno de los tres la toma en serio. Por eso ninguno admite que sus actos sean respuestas a la agresión del otro, ninguno admite que sea hostil al otro, y no admite siquiera que exista una respuesta: aquí no hay vínculos con las Farc, no hay violaciones de soberanía, no hay bases norteamericanas. Hay un país que actúa en legítima defensa, y otro país que actúa en legítima defensa? y otro país que actúa en legítima defensa.
Y como nadie admite la verdad, las retaliaciones no van a dónde toca:
- Las ayudas clandestinas de Chávez o de Correa no cambian seriamente la ecuación militar en Colombia porque no pueden tener la escala suficiente. Y si se trata de cohetes o misiles, pues la guerrilla puede comprarlos en otras partes. En cambio la filtración de las ayudas a las Farc fortalece la imagen de Uribe y cimenta su alianza con el país que según Chávez va a invadir a Venezuela.
- El ataque a "Reyes" en el Ecuador no fue una represalia por las ayudas de Correa a la guerrilla, ni estos ataques "preventivos" servirían para que Correa deje de ayudarles: es todo lo contrario.
-Y el nuevo acuerdo militar con Washington no es una represalia por el apoyo de Chávez a las Farc, sino una pieza en la estrategia geopolítica de Estados Unidos en América Latina. Por eso Brasil y Chile, además de Bolivia, Ecuador y Venezuela, le están pidiendo cuentas al presidente Uribe.
Esas retaliaciones a medias o indirectas tienen pues un efecto contrario al que se busca. Colombia está logrando que las Farc ganen espacio en Ecuador y Venezuela, Chávez está logrando que Colombia les preste sus bases a los gringos y Correa está logrando que las Farc lo enreden más y más. Los tres presidentes están ayudando a aumentar la popularidad de sus adversarios, están inflamando los tres nacionalismos y están corriendo el riesgo de que algún incidente desemboque en la guerra de verdad.
Pero para fortuna de nuestros tres países no habrá guerra, si no es por accidente. Tampoco cabe la solución negociada, porque las tres razones no casan entre sí y nadie tiene el poderío suficiente para que el otro se resigne a ceder. Y todo eso nos lleva a concluir que el enredo entre los tres países no tiene solución distinta de esperar que sobrevenga el incidente trágico o que cada gobierno entierre discretamente sus razones y el tiempo se encargue de acabar de enterrarlas.
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