Dispuestas a inyectarle nuevas energías al voleibol de Antioquia, las jugadoras juveniles no se rinden y, como si se tratara de una final de campeonato, vencen obstáculos y luchan como guerreras. Este deporte es su pasión y, para algunas, el medio que les ha permitido sobresalir y progresar.
Aunque todas mantienen sonrisas de optimismo, están preocupadas porque su entrenador, el cubano Jorge Garbey , todavía no regresa a Medellín. Ellas aseguran que los trámites del contrato que gestiona Indeportes Antioquia "avanzan en un proceso muy lento".
Embajadora de Nechí
Silvia Galeano es una muchacha trigueña y soñadora, de 1,78 metros de estatura. Lleva nueve años en el voleibol, del que se enamoró "por ser un deporte muy femenino y elegante". Todavía recuerda los días de infancia en su pueblo, Nechí, cuando jugaba en una placa polideportiva de cemento que le dejó cicatrices en sus rodillas.
Hace dos años se vino para Medellín, donde se consolidó en las selecciones departamentales y fue becada para estudiar Comunicación Audiovisual en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid. "Este deporte es un pilar en mi vida. Gracias a él me pago todo: estudio, comida, hospedaje. También me da disciplina, constancia y respeto por lo que hago".
A su lado, la más joven del grupo, Pamela Pineda , de 14 años y seis temporadas en los coliseos. Vivía en Bogotá, pero sus padres decidieron radicarse en Antioquia hace siete años y está feliz. Habitante de Envigado, dice que el voleibol le ha servido para aprovechar mejor el tiempo libre.
Esta estudiante de séptimo grado en el Colegio San Ignacio de Loyola, asegura que en Antioquia abundan los talentos, pero que se requiere de más apoyo para aprovecharlos mejor, un concepto en el que coinciden todas estas chicas que representan la nueva sangre de este deporte. Y agradece la acogida que ha tenido, respaldada con disciplina, dedicación y capacidades técnicas.
Herencia familiar
Jenny Alejandra Pérez es rubia, mide 1,82 metros, tiene 17 años y cuenta con seis de experiencia en el voleibol. "Me ha tocado ganar y perder y, en ambas, he aprendido", cuenta esta estudiante de Administración de Empresas, becada por la Universidad de Medellín.
Confiesa que ama el voleibol desde que vio un partido por televisión, y sus padres viven orgullosos porque tres de sus cuatro hijas practican esta disciplina, como lo hizo su mamá en la juventud.
Otra integrante de este selecto grupo es Wendy Córdoba , una joven de 1,72 metros de estatura y grandes progresos deportivos, con deseos de estudiar en el Politécnico JIC.
Valeria López , levantadora de 1,76 y 16 años, habitante de Sabaneta y estudiante del once, sueña con matricularse en Arquitectura en la UPB y luego irse a jugar al exterior. A pesar de su juventud, ya ha sido convocada a microciclos con la Selección Colombia de mayores.
Y Verónica Passos , de 1,83 metros, quinceañera, de San Javier y estudiante del Lola González quien, al igual que Valeria, acaba de regresar de una concentración con el combinado patrio juvenil en Cali. Chicas que le dan talento al voleibol.
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