Casi medio centenar de incendios forestales que han dejado un muerto, unas 23.000 hectáreas arrasadas y un centenar de viviendas y algunas industrias calcinadas, mantienen en alerta a Chile en el inicio del 2012 debido a la complejidad y rápido avance de varios de ellos.
El presidente Sebastián Piñera, que recorrió ayer las zonas afectadas en las regiones de Biobío (sur) y Maule (centro), precisó a periodistas, tras recibir un informe en la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), que se han producido 48 incendios, de los que 13 ya están extinguidos, 20 controlados y otros 15 activos.
La situación llevó a declarar extensos sectores en Magallanes (extremo sur del país), Biobío y Maule en alerta roja y a disponer distintos grados de alerta en otras ocho regiones, lo que a juicio de Piñera pone "una enorme presión sobre los recursos" con que cuenta Chile para combatir los incendios.
En ese contexto, el mandatario pidió a los chilenos "que extremen la prudencia y tomen conciencia de la grave situación".
El caso que más ha requerido los esfuerzos de las autoridades es el incendio que desde la semana pasada ha arrasado 12.795 hectáreas de bosque nativo y matorrales en el parque nacional Torres del Paine, a 2.000 kilómetros al sur de Santiago, en la región de Magallanes.
Un aparente descuido de un turista israelí de 23 años, identificado como Roter Singer, quien en declaraciones a medios de su país ha negado haber causado el siniestro, dio origen al fuego que fue combatido por unos 753 brigadistas, apoyados por helicópteros, aviones y miembros del Ejército y equipos procedentes de Argentina y Uruguay.
Los esfuerzos habían logrado ayer controlar cuatro de los seis focos registrados, mientras los otros dos al menos no se están expandiendo, según informó desde la zona el ministro de Agricultura, Luis Mayol, en declaraciones a la prensa.
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