¿Publicar una biografía a los diecinueve años?
Cuando llegó a la Corte, el juez le preguntó a Colton Harris-Moore si tenía un abogado. El sospechoso, de diecinueve años, respondió: "Mi mamá dice que tiene uno".
Su foto más popular es como la de cualquier feisbukero: echado en una manga, de audífonos, mirando al ojo de la cámara. Al espectador. Y aunque por su edad no puede comprar cerveza en la esquina, tiene a cuestas ochenta investigaciones -se le acusa de robar más de $US 3 millones-.
Colton eligió un alias extraordinario, "Colt", nombre de arma mortífera (nada de "Gordolindo" o "Pablito", apelativos de guardería no de penitenciaría); y una firma: con tiza en la planta del pie, dejó su huella en las escenas de los crímenes (símbolo carente de sentido en países donde los ladrones dejan firma, huella y cédula? y ni así los cogen).
Pese a que todo indica que este muchachito no le quitaba al rico sino al que se dejara, las redes sociales lo convirtieron en héroe de culto. Otro Robin Hood.
Y mientras, en custodia, "Colt" le asegura a la CIA que sería capaz de pillar a Bin Laden; una niña de catorce años, Laura Dekker, navega con su padre desde Holanda hacia Portugal. De allí partirá, sola, a recorrer el mundo.
Infancia y juventud son las etapas del descubrir (la vida entera lo es, para los más afortunados).
La pregunta y la curiosidad no siempre son fáciles de asumir por el adulto, por eso los niños son considerados "incómodos" en algunas sociedades.
Desde los noventa, el libre acceso a la información ha redimensionado las maneras convencionales de descubrir del niño: sus cinco sentidos y los libros disponibles (permitidos).
Herramientas como internet evidencian que de nada sirve prohibir cuando los mecanismos restrictivos suelen ser inferiores al conocimiento de los "infractores".
El conocer ofrece poder, libertades jamás soñadas. Vetar está de más en el "manual de educación" desde que las nuevas generaciones se asomaron por el hoyito de la cerradura y vieron la libertad.
Pero ver no equivale a entender el significado.
"Citius, Altius, Fortius" (más rápido, más alto, más fuerte): el mundo conectado crea la ilusión de que la vida es un "post". Los jóvenes están sometidos a una competencia que exige llegar a lo más alto, lo más rápido posible y, a veces, a la fuerza.
La memoria social, exclusiva de nuestra especie, es un mecanismo de adaptación que consiste en la capacidad de transmitir experiencias acumulativamente.
Más vale guiar, acompañar, que prohibir: ver la libertad no equivale a entender su significado?
Sin restricción y con la bendición de su padre: Laura será dueña del mar.
Sin restricción -previa a su captura- y con la bendición de su madre: Colt será dueño de un prontuario judicial.
Ya anunciaron la biografía del "Bandido del pie descalzo".
En un par de años, anhelo leer la vida de Laura: más rápida, más alta y, sobre todo, más fuerte que los impulsos de su tiempo.
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