El réquiem es un oficio de difuntos. Un canto que no puede ser alegre, porque la muerte no lo es. Pero sí puede ser profundamente sereno.
Así, profundo y sereno, más que triste, es que define el maestro Alberto Correa, director de la Orquesta Filarmónica de Medellín y el Estudio Polifónico, el canto y la música que estas dos agrupaciones interpretan esta noche.
Amante de los oficios de difuntos, al punto que quisiera poder dirigirlos todos, Correa compara este de Querubini con el de Wolfgang Amadeus Mozart y el de Gabriel Fauré, que también ha interpretado con coro y orquesta.
De la misa de Mozart, dice que es un grito dolorido y angustioso; la de Fauré, centrada en el momento después de la muerte, es un canto a la beatitud.
"Tú eres un hombre débil. Vas a morirte pero vas a vivir". Parafrasea Alberto Correa la letra del texto de Querubini. Y agrega que la profundidad que consigue, se debe en parte a que es una misa en Do menor, un tono sombrío, apropiado para la reflexión.
"Un oficio de difuntos es un rito por la pérdida de un ser amado, pero en el de este compositor, hablamos ya de resurrección".
En el réquiem, el alma clama angustiada a Dios que guarde a todas las almas y que las llame al final de los tiempos a disfrutar de la gloria eterna.
No tiene que ser conocedor de composición orquestal ni crítico de música para asistir y disfrutar de este concierto.
Quien no lo es pero gusta de la música, puede hallar en él una obra propia del período clásico. En el canto no hay solistas. Es un coro de cuatro voces, acompañado por un conjunto de 41 voces más.
Y en cuanto a la música, halla una orquestación compacta y bella, aunque no más grande de lo acostumbrado: en los vientos, dos clarinetes, dos oboes, dos fagotes, dos cornos, dos trompetas, tres trombones; en las cuerdas, 12 violines I, 10 violines II, ocho violas, ocho chelos y siete contrabajos, y en percusión, unos timbales gong.
El alumno
De Beethoven, el alumno de Querubini, interpretan la Séptima Sinfonía, llamada también Apoteosis de la danza, que efectivamente puede ser interpretada en danza contemporánea. Es una pieza con cuatro movimientos bien marcados, que el oyente diferencia fácilmente: andante allegro, andante, scherzo y presto.
Comienza despacio pero la velocidad va subiendo en el allegro.
Andante se asemeja al ritmo del caminante y es esta movimiento el que algunos bailarines danzan.
El scherzo es más rápido aun que el andante y el presto, con el que termina esta obra, es a toda velocidad.
El concierto de la Orquesta Filarmónica y el Estudio Polifónico con obras de profesor y alumno es esta noche, desde las 8:00 p.m., en el Teatro Metropolitano.
Este mismo trabajo lo presentarán en algunas iglesias de Medellín, en los Festivales de Música Religiosa de Marinilla y de Música Sagrada en Santa Fe de Antioquia.
Pico y Placa Medellín
viernes
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