Todo cambio trae consigo una renovación, más cuando se trata de dejar un espacio conocido para habitar uno nuevo.
Para dar este paso con confianza y tranquilidad, los propietarios de este apartamento, ubicado en El Poblado, acudieron a la asesoría de la arquitecta Merce Robledo y su firma AD Amoblamiento Diseño.
Pasar de vivir en una casa a este apartamento implicó un trabajo planeado y organizado que, sin duda, fue clave en el resultado del proyecto.
"Cuatro meses antes de que se pasaran a la vivienda se hizo un diagnóstico de necesidades y del mobiliario existente para ver qué se podía optimizar y qué necesidades había que implementar", cuenta Merce.
Así se definió el orden en que debía comenzar el trabajo: primero las alcobas, después la sala comedor y luego el estudio biblioteca.
Al mismo tiempo se adelantaron modificaciones en la iluminación, de balas incandescentes se migró a halógenas, para hacerla más eficiente; se dio color a algunas paredes del baño y la cocina y se acondicionaron todas las salidas eléctricas necesarias para recibir el nuevo mobiliario.
La arquitecta respetó los acabados originales del apartamento y aprovechó la información que le daban, como el piso en madera clara, la carpintería de las puertas y marcos, el ladrillo y concreto a la vista, para crear su propuesta de amoblamiento.
Clásico contemporáneo
Una puerta de doble altura sorprende a quien accede al apartamento. Dispuesta en un nicho de madera, una obra de Mario Vélez da la bienvenida al visitante. "Le da luz a la entrada", apunta Merce.
La sala y el comedor se conectan con una gran terraza que baña el espacio de luz natural. Las mesas, consolas y el comedor, diseño de Merce, dialogan con los sofás blancos y detalles clásicos como el tapete persa.
"Usamos maderas oscuras porque están de moda, resaltan con todo y son más fáciles de mantener. Además, quería separar la carpintería arquitectónica de la del mobiliario", apunta Robledo.
Un elemento que se destaca en la sala es el mueble francés antiguo. Su interior fue restaurado y acondicionado como bar.
El volumen arquitectónico, construido en concreto y con una gran parte en vidrio, además de dividir la zona social de la privada permite el paso de la luz natural.
Merce lo aprovechó por la cara que da a las habitaciones y creó allí >> un mueble para guardar manteles, individuales, servilletas y demás elementos de la mesa.
Para la habitación principal diseñó un mueble muy especial para la propietaria, "ya que allí es donde ella trabaja", cuenta Merce. "Es un gran marco que contiene un escritorio, fabricado en cedro y pintado en poliuretano".
El estudio es un espacio generoso creado para que sus propietarios disfruten con tranquilidad de sus aficiones. Es a la vez sala de cine, biblioteca y sitio de lectura y lugar para escuchar música.
Para este ambiente se diseñó una puerta corrediza de madera y vidrio. "La idea era que tuviera privacidad pero que no fuera un espacio encerrado", señala la arquitecta.
El sofá es un mueble de la casa anterior el cual fue remodelado siguiendo la premisa de optimizar lo existente.
Los tonos oscuros presentes en la madera, el sofá y el tapete de piel de vaca le otorgan al estudio un aire varonil.
Un estilo clásico contemporáneo es el que, en conjunto, se lee en este apartamento, donde la planeación y la confianza fueron las claves del cambio [P]