La pasarela Esika fue el espacio para el romanticismo y el homenaje para los grandes del diseño.
En su colección Fantasía viva, la diseñadora bogotana Amelia Toro conjugó tres elementos: el ritmo de la sala por su afición al baile, la década de los años sesenta y un homenaje a dos grandes de la moda como Yves Saint Laurent y Valentino.
Por esta razón se vieron prendas en tonalidades rojas y otras con detalles en los cuellos y puños de las camisas.
La mujer y su feminidad fueron protagonistas. Las siluetas sueltas con telas de vuelo y grandes estampados, al tiempo que se aparecían otras un poco más ajustadas fueron los detalles esta propuesta.
La seda, las lanas, el chiffon y el algodón fueron protagonistas en la colección que también jugó con elementos de la naturaleza.