En la víspera de la reunión del Eurogrupo, el gobierno griego buscaba la manera de recortar 325 millones de euros adicionales, para cumplir con las exigencias de la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) que están mirando con lupa el comportamiento del país heleno para desembolsar un rescate por 130.000 millones de euros.
A pesar de los esfuerzos del gobierno heleno por cumplir con las exigencias de sus acreedores, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker , decidió aplazar la reunión de los ministros de Finanzas hasta el próximo lunes, argumentando que el Gobierno de Atenas aún no ha cumplido todas las condiciones para recibir la ayuda.
Según informes de la AP, la troika le exigió al gobierno heleno reducir el gasto en productos farmacéuticos en otros 1.000 millones de euros y recortar su presupuesto para defensa en otros 300 millones de euros.
También resta que los ministros de Finanzas de la eurozona reciban las garantías por escrito de los líderes de los partidos del gobierno de unidad griego de que aplicarán los ajustes más allá de las elecciones anticipadas previstas para el mes de abril.
En forma paralela debe cerrarse el acuerdo entre Grecia y los acreedores privados sobre el canje de bonos para condonar al país heleno la mitad de su deuda (100.000 millones de euros) y para lo que la banca, las aseguradoras y los fondos tendrán que asumir unas pérdidas reales de al menos el 70 por ciento.
Jose Fernando Restrepo , director de Investigaciones Económicas de Interbolsa, explica que la incertidumbre que se vivirá hasta que la troika se reúna, el próximo lunes, podría poner al dólar en una senda de apreciación frente al euro y a las monedas de América Latina.
"Aunque se hayan aprobado las medidas de austeridad en el plano político, las marchas y protestas en Atenas indican que aún no tienen una aprobación social. Eso es una muestra de que hay dificultades, por lo que en los mercados podría haber una aversión al riesgo y nerviosismo, y eso se reflejaría de forma negativa en los precios de los activos".
El pasado domingo, el parlamento griego votó a favor de un plan de austeridad de 3.300 millones de euros, requisito indispensable para recibir el paquete de rescate. Sin embargo, los 325 millones de euros son un dolor de cabeza adicional a la ya aporreada economía helena: el Instituto de Estadística Griego señaló que el Producto Interno Bruto del país se contrajo 6,8 por ciento durante el último trimestre de 2011.
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