Usted se imagina una tarde de cualquier día sentado con un grupo de amigos o familiares, alrededor de un asado, de unos pasabocas, bebidas, música o una buena conversación. Todo como si fuera la sala de su casa o el corredor de una finca. Todo eso pero no en tierra firme, si no en medio del paisaje de una laguna o un embalse, con la brisa y las olas golpeando a su alrededor.
O mejor aún, no se imagine que está en la sala de su casa, puede de verdad estar en la sala de su casa, o en el cuarto, o en el mirador y el paisaje sería el mismo, con la ventaja que cuando quiera puede tener al frente una vista diferente. A eso es a lo que apunta la propuesta de la firma Comercializadora Náutica, con su marca Figlas, especializada en el diseño y construcción de botes y soluciones de navegación de todo tipo, con el desarrollo de su nuevo producto: el Aventura.
Se trata, explica su gerente Andrés Botero, de una alternativa de navegación especialmente orientada, aunque no exclusiva, al mercado de la recreación y el turismo. Mercado que cada día cobra más fuerza en el país, y que aprovecharía las posibilidades de desarrollar botes tipo pontón que tienen una gran versatilidad para adecuar el diseño a diferentes necesidades.
¿La casa en un bote?
El primero de los desarrollos de esta línea Aventura, es el Aventura 25, por los 25 pies de longitud con que cuenta, montado sobre dos pontones y un ancho un poco superior a los 2 metros. El bote retoma el concepto del pontón tradicional pero le agrega elementos de diseño y accesorios de navegación y habitabilidad que buscan apalancarlo en un segmento de vehículo recreativo. Sin embargo, señala Andrés Botero, no descartan que, en virtud de la funcionalidad y modularidad que se puede alcanzar con este tipo de embarcaciones, también se pueda desarrollar un pequeño nicho de casas bote, o estructuras especializadas para otro tipo de usos.
Fabricado en fibra de vidrio, el Aventura 25 está recomendado para ser impulsado por un motor de 70 caballos. Es una embarcación para la navegación en aguas quietas o calmadas su tránsito sobre esta vía acuática se hace de manera tranquila, sin sobresaltos ni movimientos exagerados que generen incomodidad en sus ocupantes. Su velocidad máxima está alrededor de los 20 kilómetros por hora. Por su tamaño, esta unidad es fácil de atracar o estacionar en un pequeño muelle de cualquier marina o de las residencias que circundan estas lagunas y embalses.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6