Si hay algo tan bueno como el amor de madre debe ser la leche materna, mucho más si se trata de los primeros sorbos.
Funciona igual tanto en humanos como en animales y por eso cuando un cachorro de un perro nace no deberían pasar más de 48 horas para ponerlo a lactar. Catherine Mejía Valencia, médica veterinaria, explicó que en ese tiempo el intestino está mejor acondicionado para asimilar los anticuerpos del calostro.
¿Qué pasa si los cachorros quedaron huérfanos al nacer? En el mercado se consiguen lactorreemplazantes para alimentarlos. Venden por tarros de 400 gramos entre 15.000 y 20.000 pesos y la cantidad que se les debe dar varía para las razas pequeñas y las grandes.
Carolina Henríquez, médica veterinaria de EVI, recomendó suministrar entre tres y cuatro onzas para los pequeños y un poco más para los grandes. El intervalo del tiempo entre cada comida es igual para todas las razas: cada 90 y 120 minutos las dos primeras semanas, después sube entre dos y tres horas hasta que se llega a seis veces al día.
La sugerencia de Juan Manuel Ortega, médico veterinario de la Veterinaria Buenos Aires, es seguir las instrucciones del producto, pues se suele especificar la forma de preparación para cada raza y edad.
Al mes y medio de vida se empieza a ensayar con el concentrado en papilla y el lactorreemplazante se les puede echar en polvo sobre los granos. Como a esa edad empiezan a salir los dientes es común que la madre deje de alimentarlos.
Vacunación y finca
En un can huérfano el tiempo del plan de vacunación puede ser distinto. Como no recibieron los anticuerpos del calostro se les debería poner la primera vacuna a los 30 días de nacido.
Para la médica Mejía, a los amamantados por la madre se les puede vacunar por primera vez a los 45 días cuando los anticuerpos de la leche empiezan a desaparecer. Si se hace antes se corre el riesgo de que la vacuna sea bloqueada.
Los tiempos también cambian de acuerdo con el tamaño de la raza y las sugerencias de cada médico. Generalmente puede estar completo a los tres meses y se empieza con una triple (contra el moquillo, el parvovirus y la hepatitis). A las dos semanas se aplica una quíntuple (con la que se combate también la parainfluenza y la leptospira). Quince días después se repite una quíntuple y a los tres meses la de la rabia, aunque algunos médicos prefieren a los cuatro.
Si el cachorro va para la finca lo mejor, dijo la médica Henríquez, es que tenga todo el plan de vacunas completo porque en esos ambientes suelen estar más expuestos a los virus. En las zonas rurales no acostumbran vacunar y los cachorros son más susceptibles a enfermedades.
Si en la finca son varios los canes entonces a las dosis que se aplican normalmente se debe agregar la de la "tos de las perreras", que también la exigen para recibirlos en las guarderías.
Si el perro va estar en contacto con vacas, gatos, caballos, etc., es bueno tener en cuenta que no suelen contagiarse enfermedades entre ellos, excepto la rabia. Por eso esa vacuna no puede faltar en ningún caso.
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