Hace mucho tiempo que Israel Ochoa reta los años por cumplir. Cual sabio torero supo capotear el retiro, sacarle jugo a sus condiciones y extender el uso de los miles de kilómetros que guarda en sus aceradas piernas.
El Rápido Ochoa frenó su marcha y como flota que va marcando sus paradas a lo largo de la vía, deja una estela de éxitos que data de los tiempos inmemoriales de Lucho Herrera y Fabio Parra, de quienes fue rival y compañero.
Israel se va del ciclismo a los 46 años. Con él termina una generación que le dio brillo y lustre al pedalismo de Colombia en competencias internacionales.
Para los antioqueños del lote nacional es el adiós de un duro rival y noble amigo. Con la despedida de Ochoa se le pone punto final a la pregunta de que si el Rápido iba a durar más que Jeannie Longo, quien a los 52 años da guerra en pruebas de Francia.
Israel ha sido en los últimos años una especie de museo viviente del pedalismo nacional. Incluso los jóvenes del grupo le dicen "Abuelo o Viejito", algo a lo que se acostumbró. Pero otra cosa es meterle la mano en la carretera a quienes le tocan el tema de los años. No pueden seguirle el paso.
Esos 22 mil kilómetros que sumaba cada año, entre competencias y entrenamientos, fueron los que le dieron la resistencia y el fondo que le permitieron, además de ser un ejemplo, un rival de fuste capaz de afrontar locas aventuras.
Hoy, sus seguidores recuerdan una larga fuga en el Clásico RCN de 1996, que le sirvió para ser campeón y conocerle la cara al éxito cuando tenía 32 años, 14 temporadas después de haberse iniciado en el ciclismo. "Andaba tan duro que esa vez no pude marcarlo", confiesa con los años el Flaco Hernán Darío Muñoz.
Es hijo de las madrugadas boyacenses, sacado de la tierra, de esa que labraron sus abuelos y padres en Paipa, donde hoy sigue entre los suyos.
Israel da una mirada hacia atrás y comprueba que hay una cosecha de títulos: la Vuelta a Costa Rica, el Clásico RCN, la Vuelta a Boyacá, las medallas de oro de los Juegos Nacionales y vencedor en tres etapas de la Vuelta a Colombia.
"Acepté el consejo de unos amigos de dejar el ciclismo, antes de que éste me dejara a mí. Me iré al final de la Vuelta al Valle del Cauca y en Cali diré adiós".
El Rápido no se hace mala sangre en el momento de dejar de lado la competición, ya que tiene un argumento poderoso para seguir vinculado al ciclismo. Su hijo Diego, de 16 años, da los primeros pedalazos, asimiló los consejos y el obrar de su padre, el moreno curtido por el sol que fue puesto el Rápido por el Profe Héctor Urrego, al verlo marchar tan duro en el terreno llano.
Israel no quería irse en un momento inoportuno. El retiro fue estudiado junto con su esposa María Nubia Camargo, la hermana de Ángel Yesid, otro notable del ciclismo boyacensese.
Fueron 29 años de dar pedal, desde aquel Nacional de Turismeros de 1982, y un tortuoso aprendizaje hecho a punta de porrazos, para ganarse con los años ese respeto de quienes lo ven como un ejemplo a seguir, así le digan Abuelo.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6