Si alguien buscara palabras para describir al presidente Hugo Chávez, probablemente encontraría 'disparatado', 'imprudente', 'de poco juicio', o 'que ha perdido la razón'.
Curiosamente, según el diccionario de la Real Académica Española, estas palabras son las que definen a un loco. Por esa razón, no sería descabellado afirmar que el presidente Chávez es loco. Como buen "loco" ha dejado entrever públicamente sus contradicciones a lo largo de sus años de gobierno.
Por ejemplo, un día después de haber ganado las elecciones en 1998 dijo que no nacionalizaría ninguna empresa y para 2009 ya lo había hecho con Cargill, Cemex y la filial venezolana del Banco Santander. De igual modo, en una entrevista a Jaime Bayly, en 1998, dijo que no era socialista, pero en julio de 2007 aseguró que: "soy socialista, pero no marxista"; y dos años después, el 15 de enero de 2010, se delató: "soy marxista, por primera vez asumo el marxismo".
Otra contradicción que sobresale está relacionada con el gasto militar. En 1999 decía que dada la situación social de Venezuela el gasto militar no se podía incrementar, pero 10 años después Venezuela ha comprado cerca de 5 millones de dólares en armamento. No obstante, de todas las contradicciones la que tal vez ha afectado más las relaciones bilaterales es la relacionada con su postura frente a las Farc y el Eln.
En 2004 decía que el gobierno venezolano no apoyaba a ningún grupo subversivo colombiano y que si alguno de estos llegase a hacer presencia en su territorio sería considerado enemigo de Venezuela. Cuatro años más tarde Chávez pidió reconocimiento de estatus de beligerancia para las Farc y el Eln.
De hecho, paradójicamente, mientras liberaban a Clara Rojas y otros secuestrados que fueron entregados a Ramón Rodríguez Chacín, su Ministro del Interior, éste les decía a los guerrilleros que "en nombre del presidente Chávez, estamos pendientes de su lucha, mantengan ese espíritu... y cuenten con nosotros".
Con ese antecedente, ¿Quién podría confiar en el presidente Chávez y en la vigencia que tendrá el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela? Cambiar de postura frente a ciertos temas es aceptable cuando las circunstancias cambian, pero en este caso el Coronel ha mostrado cambiar de posición con asuntos nada coyunturales como el terrorismo en Colombia y el modelo de desarrollo venezolano, pues particularmente en nuestro caso, el modo de operación de las Farc a través del secuestro, las tomas a poblaciones civiles y las masacres no ha cambiado.
Parece ser que la demanda ante la Corte Penal Internacional y las próximas elecciones legislativas han llevado al comandante a adoptar una postura conciliadora y afín a los intereses colombianos para restablecer las relaciones con Colombia.
Sin embargo, queda la incertidumbre de no saber hasta cuándo tendrá vigencia el restablecimiento de relaciones bilaterales, pues todo esto no deja de ser una apuesta de confiar en la palabra de un loco.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no