Apenas en su segundo día en funciones, el gobierno tunecino sufrió un rudo golpe este martes con la renuncia de cuatro ministros, contra sus intentos por poner fin al malestar social reinante al compartir el poder con miembros de la oposición al régimen derrocado.
Los cuatro renunciantes eran opositores al presidente depuesto Zine El Abidine Ben Alí, quien gobernó con puño de hierro durante 23 años. Los manifestantes exigían purgar al gobierno de toda la vieja guardia de Ben Alí.
En el centro de la capital se registraron choques a la misma hora que se anunciaron las renuncias. La policía antimotines derribó a un manifestante a golpes y puntapiés y lanzó granadas de gases lacrimógenos para dispersar a cientos de manifestantes.
El ministro de Transportes, Anuar Ben Gueddour, dijo a la agencia de noticias The Associated Press (AP) que había presentado su renuncia junto con el titular de Trabajo, Houssine Dimassi y el ministro sin cartera Abdeljelil Bedoui.
Los tres son afiliados de una central sindical, la UGTT, que tiene una amplia base nacional capaz de movilizar gente en todo el país.
Afiliados de la UGTT convocaron a la protesta de este martes, en la que reclamaron una huelga general, modificaciones a la constitución y la libertad de sindicalistas encarcelados.
El ministro de Salud, Mustafá Ben Jaafar, del partido opositor FLDT, también renunció, dijo Hedi Raddaoui, otro miembro del partido.
Difícil tarea para el nuevo gobierno
El gobierno interino intenta estabilizar el país después de los disturbios, saqueos y un presunto ajuste de cuentas tras la huida de Ben Alí a Arabia Saudí el viernes.
En principio no estaba claro si las renuncias provocarían la caída del gobierno, que tiene 40 ministros plenos y alternos. Ahmed Ibrahim, ministro para la educación superior del partido opositor Ettajdid, negó trascendidos de su renuncia.
El primer ministro Mohamed Ghannouchi afirmó el lunes que su decisión de incluir a los ministros del gobierno autocrático en el nuevo gobierno de unidad era una medida necesaria "porque los necesitamos en esta fase".
Túnez ingresó "en una era de libertad", destacó Ghannouchi en una entrevista con Radio Europe-1, de Francia, la cual fue difundida en su sitio de internet. "Dennos la oportunidad de poner en marcha este ambicioso programa de reforma", agregó.
Insistió en que los ministros elegidos "tienen las manos limpias, asimismo un gran competencia", insinuando que los funcionarios experimentados eran necesarios junto con los líderes de oposición en el gobierno interino a fin de dar guía al país antes de las elecciones libres que se realizarán dentro de unos meses.
Sigue la tensión
La capital despertó en medio de su actividad cotidiana por primera vez desde que su presidente destituido se fugara del país la semana pasada, pero la paz acabó rápidamente en el sector céntrico cuando la policía respondió con gas lacrimógeno a una marcha de unos 200 manifestantes que se dirigían al ministerio del interior. Entretanto helicópteros sobrevolaron el área.
El país fue escenario de disturbios, saqueo y una aparente ola de ajustes de cuentas después que Ben Alí se fugó el viernes a Arabia Saudí, mientras las protestas callejeras se extendían después de años de opresión estatal, corrupción y falta de empleo para muchos jóvenes profesionales. El gobierno anunció que 78 civiles murieron durante el mes de disturbios.