Quien vea noticias sabe que no hay nada imposible con relación a las tragedias que pueden afectar las viviendas. Para el caso colombiano, la prueba más reciente de ello fue el accidente aéreo que se presentó el pasado lunes en zona rural de Madrid, Cundinamarca.
Dos personas resultaron muertas, porque un avión carguero fue a parar justo al predio en el que vivían.
Aunque nada puede pagar una vida humana, los daños materiales, que también son importantes y muchas veces representan una vida de esfuerzos y satisfacciones, sí pueden estar cubiertos ante cualquier eventualidad.
Aníbal Zuluaga Henao, de Suramericana de Seguros, explica que "lo que se hace es no dejarle nada al azar. Con certeza se puede afirmar que para cualquier evento posible, hay una póliza de seguro que cubre los daños y pérdidas materiales que sean consecuencia de él".
Un hecho como el sucedido en Madrid, está cubierto por un seguro de hogar con cobertura básica.
Entre otras eventualidades (ver artículo inferior), dentro de un seguro de categoría básica se amparan "las pérdidas o daños materiales que sufran los bienes asegurados y que sean consecuencia directa de la caída de aeronaves o de objetos que se desprendan o caigan desde ellas".
Así pues, por pequeño que sea el grado de probabilidad del suceso, es posible eliminar esa dosis de riesgo, ya que las consecuencias de un evento como el descrito puede ser funesto.
Para aquellos que no están familiarizados con el tema de seguros para el hogar, hay que decir que pueden asegurar tanto la estructura de la vivienda, como los contenidos (todos) del hogar. Pueden asegurarse de manera independiente o conjunta, siendo esta última la opción más recomendable.
"El error en el que cae la gente es que por no invertir unos pesitos, cuando se presenta un siniestro pierden unos pesotes", expresa Zuluaga Henao.
El costo de la prima o anualidad de un seguro para la vivienda depende de dos factores fundamentales, según el especialista: del valor de la vivienda (o de los bienes asegurados para el caso de los contenidos) y del tipo de construcción, es decir, de su grado de vulnerabilidad.
Algo importante, agrega, es que el propietario le entregue los valores reales a la entidad aseguradora, tanto de la vivienda como de los contenidos, ya que a la hora de un siniestro los valores se verifican y se paga sobre el valor real del bien asegurado. La compañía parte de la buena fe del propietario.
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