Marcos Canchila llegó como campeón mundial de boxeo a Barranquilla, pero el tono de su voz no parece haber variado. Con el fajín de monarca, el cereteano sigue hablando en tono serio y seguro, tal como lo hacía cuando apenas era un retador más en busca del sueño dorado. Hasta parece que no se hubiera sorprendido con la obtención del título, pues la calma y la prudencia siguen siendo sus características a la hora de enfrentarse a los micrófonos.
Acompañado de Orlando Pineda, su entrenador de siempre, y del gerente de la firma Cuadrilátero, Alberto Agámez, el cordobés arribó al aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla, donde lo recibió una nutrida delegación de simpatizantes que creció con los espontáneos, quienes notaron aparecer por los pasillos del terminal aéreo al nuevo campeón que habían visto en las noticias con su menuda figura.
Canchila es campeón. Atrás quedaron los años de retador, cuando con sacrificios conseguía dinero para enviar a Cereté a donde su madre Tarcila Canchila, su esposa Betty Miranda y su hijo César Luis, de 5 años.
Mucho más atrás, casi en el olvido, queda su época de recolector de algodón en los cultivos cordobeses, práctica que terminó de formar su carácter de persistente trabajador. “Eso es lo mejor que tiene Canchila, y lo que siempre le he destacado, que es un hombre perseverante”, dice Orlando Pineda, el entrenador que ya es una leyenda del boxeo colombiano: son 11 pupilos los que se han ceñido cinturones de campeones, incluyendo a Canchila.
“Lo logré, Lo logré”
Cuando bajaron del cuadrilátero, Canchila gritaba como un niño las palabras más sentidas que se le han escuchado: “Lo logré, lo logré”, decía mientras se fundía en un abrazo sentido con Alberto Agámez y Orlando Pineda.
En los altoparlantes del MGM de Las Vegas sonó el vallenato El Cordobés, interpretado por Diomedes Díaz, de la autoría de Adolfo Pacheco, que había sido enviada previamente por correo electrónico por Alberto Agámez a los organizadores de la velada.
“Cuando escuché la canción El Cordobés en medio de tanto mexicano, me espeluqué, temblé de pies a cabeza”, le confesó Canchila a Agámez cuando venían en el avión que los traería a Barranquilla.
¿Prefiere defender el fajín en Barranquilla o en otro lugar?
No tengo problemas con ir a donde sea. Uno quisiera que las cosas se dieran de esa forma, pero entiendo que Dios dispone y a donde me toque pelear llegaré con entusiasmo para defender mi corona, que me costó mucho esfuerzo.
¿A qué atribuye su éxito ante un rival que se veía tan difícil?
Yo me he dedicado con mucha pasión al boxeo desde los 9 años, con dedicación; sin bajar los brazos. Mi familia siempre me ha apoyado cuando las cosas no eran fáciles y ahora con ellos voy a recoger los frutos. La dedicación fue lo fundamental para llegar a este punto y por eso ahora seguiré igual.
El recibimiento en Cereté será inolvidable…
Seguramente será algo muy grande porque allá la gente siempre me ha dado buen trato. Ya quiero llegar y disfrutar de la compañía de todos.
¿Ahora espera tener la casa que el alcalde del pueblo le prometió si ganaba?
Esperemos que el hombre cumpla su palabra. Me alegra mucho que las cosas se hayan dado y que poco a poco todo mejore para mi familia, pues hemos hecho muchos esfuerzos para salir adelante.
¿Invertirá el dinero en cultivos de algodón?
Todavía no he definido eso, pero sé que debo manejar las cosas con mucha calma porque los buenos tiempos apenas están comenzando.
Ya no es campeón interino
Marcos Canchila peleó por el título interino de la AMB, pero esta organización abolió la figura de interinidad, lo que deja al colombiano como campeón en propiedad del peso mino mosca. Sin embargo, el organismo rector del boxeo conceptuó que el pugilista que ostente un título y se niegue a pelear, será campeón en receso, y podrá enfrentarse con el nuevo campeón sin importar que éste haya realizado una o dos defensas.
En el caso de Canchila, el francés Brahim Asloum se negó a pelear con el primero en el ranking, el mexicano Giovanni Segura. Asloum podría enfrentarse a Canchila ahora o después, aunque no queda claro si el campeón en receso tiene un plazo para tratar de recuperar su corona.
“Nunca me habían pegado así de duro”
El entrenador Orlando Pineda no le dejó de gritar a su pupilo durante los momentos más duros del combate que tirara más golpes, que no tuviera miedo a cansarse, y a partir del cuarto, lo que le decía era que podían ganar la pelea.
Para el gerente de la cuerda Cuadrilátero, a la pertenece el púgil cordobés desde 2004, las cosas se complicaron al principio, pero después de que besó la lona en el segundo asalto, Canchila sacó a relucir su lucidez mental.
“Todo se comenzó a lograr después de una combinación que hizo comenzado el tercer asalto. Ahí se toma confianza, mueve a Segura y entiende que puede ganar la pelea, porque al principio estaba muy impactado con el escenario, con lo grande del evento, entró descontrolado y cuando pega las dos manos claras empieza a desarrollar su boxeo”.
“Segura no atacaba de manera ortodoxa, lo hacía como sea. Canchila dijo que jamás le habían pegado así de duro, pero lo bueno fue que nunca se quejó”, dice Agámez.