No se trata de un dato sobre fraude electoral, si no más bien del irremediable folclorismo colombiano. 23 personas que estaban reportadas ante las autoridades como desaparecidas, aparecieron el pasado domingo, sanas y salvas, ejerciendo su derecho al voto.
Mientras sus familias no sabían de ellos ni sus acreedores ni sus amigos o enemigos, ellos andaban campantes por ahí. Lo dijo el propio general Palomino, director de la Policía: "No estaban muertos. Estaban de parranda". Ya que pudieron votar, ojalá les den explicaciones a sus familiares sobre su "desaparición".
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