Pekerman ondeó una bandera colombiana; Mondragón posó para el inicio de una tanda de selfies en la tarima; James no se cansó de saludar con los brazos en alto; Armero bailó una y otra vez y alentó a sus compañeros a seguirlo; Cuadrado y Zúñiga nunca dejaron de chupar bombón; y Quintero no se despojó ni un instante de la bandera que lo cubría.
El carro de turismo Bogotá con la frase #graciasmiseleccion, como si fuera un sutil mensaje para que los miles de bogotanos brindaran un alegre y festivo recibimiento a los 23 gladiadores y cuerpo técnico de la Selección de tan extraordinaria campaña mundialista, completaban el panorama.
Y así los ovacionaron, saludaron y agradecieron lo hecho en Brasil en un lento recorrido del equipo en el amplio autobús descapotado que los trasladó del aeropuerto hasta un parque Simón Bolívar repleto de personas, y cuyo cálculo sobrepasa los 120 mil aficionados, en un hecho sin antecedentes en la historia del país.
"Nunca había visto algo así, pero los muchachos se lo merecen porque nos hicieron soñar", fue la frase contundente de Pekerman como colofón a la desbordante pasión de todo un país. "A todo el pueblo colombiano mi agradecimiento", cerró
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