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Dieta suprema hizo escalador a Serpa

EL LÍDER DEL Androni, de Italia, era un macizo rodador que pesaba 71 kilos. A punta de duro entrenamiento y ensaladas tuvo el peso necesario para ser un buen escalador. José nació en Corozal, vive en Bucaramanga y corre por meses en Italia. Sueña con el Giro-2011.

  • Dieta suprema hizo escalador a Serpa | Cortesía Luis Enrique Barbosa | José Serpa, al centro, rodeado por Soler y Tondo, fue segundo en el Tour de San Luis. El corozaleño es una de las figuras del Giro de Reggio Calabria, Italia.
    Dieta suprema hizo escalador a Serpa | Cortesía Luis Enrique Barbosa | José Serpa, al centro, rodeado por Soler y Tondo, fue segundo en el Tour de San Luis. El corozaleño es una de las figuras del Giro de Reggio Calabria, Italia.
29 de enero de 2011
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Montado en un caballo siente que su vida se vuelve libre y espontánea como es él.

Nació flaquito, pero la comida y el ambiente del campo lo hicieron fuerte, macizo y vigoroso. Un roble.

Unos dicen que vio la luz en Villanueva; otros aseguran que en Sampués; algunos más creen que es de Sincelejo, pero los papeles y la realidad lo ponen en Corozal.

Lo que está claro es que José Rodolfo Serpa se crió al lado de sus padres en una finca de Villanueva, en el departamento de Bolívar, donde supo lo que era degustar los buñuelos de maíz verde, el ñame, el suero atollabuey , la yuca, el chicharrón y el pescado.

Montar a caballo era una de sus pasiones infantiles, pero después conoció otra clase de montura que lo embrujó: la bicicleta.

La dedicación al deporte lo llevó a competir en el ciclismo. La pista fue la que primero lo consagró, pero él quería ser de los buenos escarabajos. De esos que suben a los cielos.

No bastaba con saber escalar bien a la loma de El Peligro, cerca de la finca de papá Toño. Había que ponerse en 64 kilos, para poder soñar con el ciclismo de Europa, ese que sembró como cuota inicial de la ruta en carreteras de Venezuela y velódromos del mundo.

El mismo técnico Gianni Savio le exigió la transformación física si quería ir a Europa a triunfar. Era todo o nada, porque su sueño era estar en el Giro de Italia y el Tour de Francia.

"Bajé cerca de siete kilos, sólo comía ensaladas, hacía mucho gimnasio y largos entrenamientos. Fue muy duro adaptar el cuerpo y la mente a la poca comida".

José Rodolfo lo hizo realidad con la ayuda de su esposa Olinda, quien le agregaba a las ensaladas porciones de pescado horneado y pechugas de pollo.

Esta disciplina en el comer y las duras prácticas, lo pusieron a tono para ser uno de los mejores del Androni; el corredor que fue capaz de ganar el Tour de Langkawi, en Malasia (suma cinco etapas), y ser doble subcampeón del Tour de San Luis, en Argentina.

Hoy, después de seis años de estancia en el ciclismo de Italia, donde tiene barra de tifosis (hinchas), la mente le trae los recuerdos de las montadas a caballo, del bollo de yuca y el suero con carne. Pero la estricta vida monacal de atleta no le permite repetir lo que puede comer en una sola tanda, pero en época de vacaciones, como sucedió en diciembre pasado, cuando se reponía de una operación de cornetes, aprovechó para deleitarse con los manjares de la región sabanera.

Hoy, José que se luce en el Giro della Provincia Reggio Calabria, retornó al ambiente en el cual vive durante tres meses con la cabeza metida del todo en el ciclismo.

Es la Italia del frío; de entrenar al lado de los venezolanos del Androni en Pozzato, cerca a Milán. De sacarle jugo al descanso reparador en el Albergo Tinna , donde los dueños gozan con su presencia, la que en ocasiones ni se siente, porque su temperamento es callado y calmo.

Él está de cuerpo y alma en el pedal. Su ilusión es volver al Giro de Italia y de poder afilar las garras para responder en las Dolomitas.

De todos modos, así sea duro y exigente, sabe que al regreso a Colombia estará la recompensa al lado de Olinda; de comer algo de yuca con suero y montar un rato a caballo en la finca de su papá Toño, para sentir total libertad.

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