Dentro de un mes, un conductor que esté en Belén y que quiera llegar hasta barrios como El Salvador, o incluso conectarse con el centro de la ciudad, tendrá a su disposición un nuevo corredor, una especie de herradura que lo llevará por vías ya conectadas.
Parte de ese avance va por cuenta de la primera etapa de la construcción de la avenida 34 (en El Poblado), entre la carrera 35 (sector La Asomadera 1) y la calle 54 (Boston), que se entregará el 15 de marzo, y en la que están incluidos los puentes La Asomadera y Santa Elena, al inicio y al final del proyecto.
Los esfuerzos, por estos días, se orientan a terminar la vía paralela a la quebrada La Palencia, entre la calle 42 y la antigua estación de bomberos, para terminar el contrato.
Este tramo, con un costo superior a los 21 mil millones de pesos, comenzó a ejecutarse en abril de 2010 en una longitud de 2,3 kilómetros y con 702 metros de vía nueva.
Aunque el trazado inicial va hasta el intercambio vial de Palos Verdes (calle 66), la primera etapa, explicó Doris Valencia Jaramillo , coordinadora del proyecto por la Secretaría de Obras Públicas de Medellín, solo irá hasta la calle 54, Caracas.
"La segunda etapa es un proyecto a futuro, que estaría comprendida entre la 54 y Palos Verdes. Hay que esperar la decisión del Alcalde, de priorizarla dentro del Plan de Ordenamiento Territorial, pero no se nos ha informado aún sobre esta continuidad".
Hay tres intervenciones de mayor escala en este trazado: el puente de La Asomadera con una longitud de 234 metros; el puente Santa Elena de 103 metros y la canalización de la quebrada La Palencia.
Algunas inquietudes
Aunque buena parte de los habitantes del sector de influencia de la obra se alegraron con la apertura del puente de La Asomadera, a finales del año pasado, han venido surgiendo inquietudes.
Leonardo Rojas , presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio El Salvador, explicó que con base en un sondeo que realizó entre los vecinos identificó que las principales preocupaciones se orientan a los semáforos de la zona que aún no se ponen en funcionamiento; el ruido y la contaminación; y la necesidad de resaltos o reductores de velocidad en ciertos puntos.
"Se forman tacos y no sabe uno por dónde coger, porque cuando menos piensa es un carro encima o los vehículos parqueados a los lados que no dejan ver".
Al presidente de la junta también le preocupa la inseguridad en los alrededores del puente y por eso, agregó, solicitaron cámaras de seguridad y mayor vigilancia. Además, con el aumento en el flujo vehicular dijo que hay que pensar en alternativas como puentes peatonales cerca a instituciones educativas, iglesia y centro de salud.
"Desde que le dieron vía libre al puente, hemos visto varios accidentes y es lo que queremos evitar".
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