No es tan simple como "guarde su vehículo y viaje en servicio público o a pie, y listo". Hoy, en la quinta edición del Día sin carro en el Valle de Aburrá, hay posiciones que defienden y otras que critican la jornada.
Mejorar la calidad del aire y la movilidad, reducir la accidentalidad y los niveles de ruido y aumentar el uso del transporte público colectivo y masivo son los principales argumentos a favor de la medida con la que saldrían de circulación cerca de medio millón de carros particulares.
En el otro polo están los comerciantes, que aducen millonarias pérdidas por cuenta de la norma; los ciudadanos que reclaman que la conciencia ecológica se adquiere por convicción y no por imposición, y los que piden que se haga en fin de semana y cuestionan por qué no les aplican la restricción a las motos y a los buses y busetas públicos. De estos últimos hay 4.316 registrados en Medellín.
Presentamos las partes de este asunto que vincula a las 10 localidades del área metropolitana, donde conviven cerca de tres millones y medio de personas, un millón 18 mil carros y 487.600 motos. Esto, sumado a decenas de fábricas y al encierro de las montañas, hace urgente tener en cuenta el tema medioambiental. El debate es por el cómo.
Reflexionar sobre la Necesidad de conservar el medio ambiente y mejorar la movilidad
De entrada, Carlos Mario Montoya, director del Área Metropolitana, les salió al paso a las críticas con esta afirmación: "Con un día sabemos que no vamos a cambiar el mundo, pero es un espacio de reflexión" para motivar comportamientos amigables con el medio ambiente y la movilidad.
Según datos de la entidad que dirige y de la Secretaría de Tránsito de Medellín, el Día sin carro de 2011 salieron de circulación 400 mil vehículos particulares, con lo que se dejaron de emitir 317 toneladas de monóxido de carbono, gas altamente tóxico que proviene de la combustión incompleta de gas, gasolina y diésel, entre otros elementos. Ómar Hoyos Agudelo, secretario de Tránsito, comentó que ahora la meta es dejar de emitir 400 toneladas.
En aquella ocasión se reportó una reducción del 60 por ciento en monóxido de carbono, 88 por ciento en óxidos de azufre, 50 por ciento en óxidos de nitrógeno, 39 por ciento en compuestos orgánicos volátiles (estos dos, precursores de ozono), 26 por ciento en material particulado menor de 10 micrómetros (PM10) y 25 por ciento en PM 2,5.
En los municipios del norte del Aburrá disminuyeron las concentraciones de PM10, mientras que en Medellín y las localidades del sur aumentaron. En la evaluación, explicó el Área, influyen condiciones meteorológicas, como la lluvia, dirección y velocidad del viento.
Liliana Giraldo, del Grupo de Investigaciones Ambientales de la UPB, detalló que el material particulado se produce con la combustión y es lo que más contamina el aire. Su peligro depende del tamaño. Así, el PM2,5 es más nocivo que el PM10 pues, al ser más pequeño, es absorbido más fácil por los seres vivos y, por lo tanto, más daño hace a la salud.
En relación con el ruido, la medición hecha en la estación de la avenida 33 con carrera 76 arrojó una disminución de 2,8 decibeles en promedio.
En cuanto a movilidad, el Tránsito de Medellín reportó que en la jornada del año pasado bajó la accidentalidad el 44 por ciento. En el resto del Aburrá hubo dos accidentes y en ningún hecho se registraron muertes.
Comparte tu carro y Encicla son otras campañas que impulsa el Área Metropolitana, la autoridad ambiental.
Pérdidas para los comerciantes y exención para las motos afectan espíritu de la medida
Sergio Ignacio Soto, director de Fenalco Antioquia, señaló que, por culpa del Día sin carro, se dejan de hacer transacciones comerciales por 50 mil millones de pesos en el Aburrá. Y eso que, para él, el hecho de que este año la programación sea lunes mengua un poco el impacto, puesto que si se hace jueves o viernes, precisó, las pérdidas serían del doble.
Unas 90 mil personas venden por catálogo y trabajan con su carro. Pero ellas no son las únicas perjudicadas, apuntó el directivo, y agregó que la parálisis es casi total en hipermercados, centros comerciales, concesionarios automotrices, servitecas, centros de diagnóstico y talleres mecánicos.
Por ello, el directivo instó a las autoridades a formular estrategias "más innovadoras" a favor del medio ambiente, de modo que la ciudadanía adquiera hábitos para todos los días "y no se frene la actividad comercial. Este año llegarán unos 70.000 carros nuevos a la ciudad, pero ni un solo kilómetro de vías nuevas".
Ante esto, Carlos Mario Montoya, director del Área, dijo: "La economía de la ciudad se mueve con alternativas de movilidad. ¿Qué economía funciona con tacos de dos horas?"
El Área también respondió que los comerciantes "deben mirar la jornada como una oportunidad para invitar a sus clientes a reflexionar sobre el medio ambiente".
Por su parte, en carta a este diario, el abogado David Hernández Jaramillo cuestionó que la norma no cubra las motos, que "al parecer no contaminan ni generan accidentes".
Citando resultados de 2005 de la Red de monitoreo de calidad del aire del Valle de Aburrá, apuntó que las motos emiten un 51,62 por ciento del monóxido de carbono, el 73,51 por ciento de los compuestos orgánicos volátiles y el 33,59 por ciento del PM10.
Carlos Mario Montoya anunció que se está estudiando la posibilidad de que haya Día sin moto y que el Día sin carro sea varias veces.
Y a quienes se quejan porque a muchos buses altamente contaminantes no les aplican la restricción, el Área respondió que una jornada que restrinja el uso de los vehículos de transporte público colectivo traería consecuencias de tipo social y económico superiores a los beneficios que se esperan obtener con la jornada del Día sin carro.
En este punto hay que anotar que en el proceso de chatarrización se han desintegrado más de 180 buses en el Aburrá.
A quienes critican que la medida sea obligatoria, el secretario de Tránsito de Medellín, Ómar Hoyos, les respondió que las estrategias pedagógicas y sancionatorias se complementan.
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