Toda la emoción contenida del Medellín se unió en un círculo humano en la mitad de la cancha del estadio Atanasio Girardot después del partido.
Hasta allí llegaron jugadores, asistentes, empleados y algunos hinchas para celebrar el paso a la final, luego de un clásico regional que resultó apretado y que generó muchos sustos para los escarlatas durante los 93 minutos.
El técnico Santiago Escobar buscó a sus dirigidos, a su asistente Leonel Álvarez, a todos sus colaboradores y con fuertes abrazos, tan grandes como su cuerpo, les expresó la gratitud por el apoyo, el esfuerzo y la comunión de grupo.
El arquero Aldo Bobadilla alcanzó a sacar una bandera pequeña de su Paraguay del alma y como un niño saltaba sobre la grama que una vez más lo vio convertirse en una de las figuras del compromiso que se liquidó 0-0.
El lateral Jámell Ramos, de rodillas y abrazado con los recogebolas, extendió sus brazos al cielo y dio gracias al Todopoderoso por los favores recibidos, por tanta felicidad junta.
"Grita el pueblo clamoroso, ¡viva el DIM el Poderoso!", cantaba la gente en las tribunas para acompañar a los ídolos tras el esfuerzo. Y es que después de ver el dominio de Nacional en el primer tiempo y de sentir que los rojos se resignaban con el empate que certificaba la casilla por el resultado parcial que se daba en Bogotá, los aficionados solo celebraron con tranquilidad y seguridad cuando, a través de la radio, se enteraron del 3-1 a favor de la Equidad sobre el Deportes Tolima.
En las avenidas y los barrios anoche también se sintió el grito rojo en una jornada decembrina, fresca, que sumó un nuevo ingrediente para los próximos días: la finalísima de la Copa Mustang II.
Vuelve la Copa
En una fecha que resultó agridulce para la familia escarlata, por la situación judicial que vivieron durante el día el gerente deportivo y el asistente de logística Libardo Serna, la clasificación resultó un bálsamo.
El Poderoso DIM no solo se echó al bolsillo el tiquete finalista, sino que aseguró su regreso de la Copa Santander Libertadores el próximo año, precisamente cuando el certamen conmemorará medio siglo de existencia. Y espera definir, el próximo domingo, si empezará en casa o en Cali la búsqueda de su quinta estrella en el torneo profesional colombiano.
Ayer todo fue fiesta en el Atanasio para las fanaticadas, a pesar de la desazón del equipo verde que llegó eliminado, pero que en la cancha dejó sudor, ímpetus y que durante muchos pasajes fue superior al rival.
La presencia de los ilustres deportistas campeones de los Juegos Nacionales, los fuegos artificiales que pintaron el firmamento de colores, las salida de los equipos con papel picado, las banderas gigantes y los estribillos enmarcaron un partido que puso al DIM en la final.
Pico y Placa Medellín
viernes
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