Un ser sin ideales es como un barco sin rumbo, es un alpinista sin sueños o un artista sin imágenes en su mente.
Un ideal es mucho más que una meta porque se identifica con la Misión de tu vida.
Sólo con grandes ideales tienes impulso y esperanzas, energía y ganas de vivir.
Hablando de un ideal decía el pensador Édgar Cayce: "El Espíritu es la vida, la mente el artífice, lo físico el resultado".
Este maestro espiritual sugería a sus discípulos un ejercicio que conviene aplicar:
Separe en una hoja tres columnas con estos títulos:
1 Mi ideal espiritual.
2 Mi actitud mental.
3 Mis actividades físicas.
Pongamos que usted elige como ideal perdonar, ser paciente o mejorar en el amor.
Identifique qué actitudes mentales necesita cultivar y las acciones que va a realizar para lograr su ideal.
Ánimo, vale la pena.
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