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HISTÓRICO
El invierno exilió a 4 alcaldes
  • El invierno exilió a 4 alcaldes | Archivo | Gramalote es uno de los municipios que resultaron más afectados durante el invierno. El Gobierno Nacional anunció que espera iniciar el proyecto de reconstrucción de las zonas afectadas de todo el país, en Gramalote.
    El invierno exilió a 4 alcaldes | Archivo | Gramalote es uno de los municipios que resultaron más afectados durante el invierno. El Gobierno Nacional anunció que espera iniciar el proyecto de reconstrucción de las zonas afectadas de todo el país, en Gramalote.
Carolina Calle Vallejo- María Victoria Correa | Publicado

Como un cirujano sin pacientes, un maestro sin niños, un árbitro sin jugadores, un cura sin feligreses...esta es la tragedia de los alcaldes sin pueblo. Jairo García Rodríguez, Luis Rafael Ramírez, Osvaldo Enrique Santana y Rafael Ángel Celis, no se conocen. Los une el desastre invernal. Ahora no tienen cielo ni tierra para gobernar.

Hacen parte de una lista ingrata: la de los alcaldes sin despacho, sin casa, sin escoltas. La de los exiliados por la naturaleza. Alcaldes damnificados por el invierno, que al igual que los miles de afectados, también tuvieron que salir huyendo y perdieron mucho de lo que tenían.

No saben cómo van a pagar la nómina de sus empleados ni a cuánto ascienden las pérdidas exactas en pesos de sus municipios. Tampoco tienen idea de cuándo van a salir de esta pesadilla.

Los cuatro creen en las promesas y añoran la reconstrucción. Tienen la esperanza de ver a sus municipios salir de la miseria. Quieren creer que esta, es sin duda, la oportunidad.

Rafael Ángel Celis, alcalde de Gramalote, Norte de Santander, cumplió la promesa de ser el último en salir de su pueblo el día que la tierra se comenzó a tragar las calles. Además de perder su casa, perdió 250 días de gobernar en el anonimato.

Luis Rafael Ramírez, alcalde de Soplaviento, Bolívar, además de tener que pelear con las aguas del Magdalena, se quedó sin identificación y sin música vallenata, sus discos naufragaron.

Jairo García Rodríguez, alcalde de Riosucio, Chocó, vive en una casa en el aire. Se inventó un pueblo de malabaristas y desde noviembre le ha pedido tanto al Cielo que no llueva, que está por pensar que Dios también se fue de Riosucio.

Osvaldo Enrique Santana, alcalde de Santa Lucía, Atlántico, se hizo famoso por culpa del boquete del Canal del Dique que convirtió su pueblo en un embalse.

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