Grandes actores, una trama inteligente, una dirección brillante y una puesta en escena tan gris como requiere la historia. Eso es Tinker tailor soldier spy , una estupenda adaptación de un clásico de espías de John Le Carré con Gary Oldman, Colin Firth, John Hurt y Mark Strong.
El realizador sueco Tomas Alfredson cambia totalmente de registro tras Let me in y demuestra una enorme capacidad de adaptación para contar una historia ambientada a comienzos de los setenta en Londres y basada en las experiencias profesionales de Le Carré como miembro del servicio de inteligencia británico.
Con un complejo entramado de personalidades y alianzas, Tinker tailor soldier spy cuenta la búsqueda en el interior del Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido de un infiltrado, un doble agente, labor que el máximo responsable del servicio (John Hurt) encarga al agente Smiley (Oldman), que vuelve de su retiro para encargarse del caso.
Una historia contada desde la sobriedad y la contención, en la que lo importante es la historia y las relaciones personales entre los personajes. Y en la que los efectos especiales, las persecuciones y los tiroteos brillan por su ausencia.
La tensión va creciendo de forma continua y sostenida, con historias paralelas que van desentrañando las tramas que cada uno de los sospechosos ha construido a su alrededor con el objetivo de cubrirse las espaldas en caso de necesidad.
Un filme que se beneficia de unas ajustadísimas interpretaciones, especialmente la de un Gary Oldman muy alejado de su histrionismo de los últimos años. Sin olvidar al resto de los actores, que cumplen a la perfección con su cometido de complicar el entendimiento del espectador.
Con una preciosa música de Alberto Iglesias, una fotografía perfecta Hoyte Van Hoytema y una planificación al servicio de la historia y no a la de absurdas ambiciones estilísticas, Tinker tailor soldier spy es un buen ejemplo de lo que se puede conseguir dejando de lado la búsqueda de la taquilla fácil.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
