Colombia afronta intensas olas invernales con graves consecuencias para las poblaciones, la agricultura, los sistemas viales y la economía.Tendremos que aprender y reconstruir tomando ejemplos de Tailandia, Australia, China, Brasil, América Central, Etiopía, India, Italia, Madagascar, Malasia, Filipinas, Sudáfrica y Venezuela, que llevan años aplicando la tecnología del pasto vetiver con excelentes resultados.
En Colombia, afortunadamente, se está difundiendo y conociendo la "cultura vetiver" y las entidades oficiales están normatizando el ítem de revegetalización y estabilización de taludes con vetiver, el pasto recomendado por el Banco Mundial para la estabilización, recuperación de suelos y control de la erosión laminar.
La planta es tolerante a suelos con niveles de PH entre 3,0 y 12,5. Posee alto nivel de tolerancia a la salinidad, sodicidad, acidez y metales pesados como aluminio, arsénico, cadmio, cobre, cromo, plomo, manganeso, mercurio, níquel y zinc del suelo. Otra de las ventajas es que crece en una gran variedad de climas, alturas entre 0 y 3.600 metros sobre el nivel del mar, y temperaturas entre menos 15 y más de 45 grados centígrados.
El vetiver debe sembrarse en plántulas tipo vivero, con mínimo tres meses de establecido y un buen desarrollo radicular, con el fin de obtener resultados más prontos y evitar la competencia por la luz con las gramíneas.
Usos variados
Se recomienda como norma general, en el cuerpo de los taludes de corte y terraplén para su estabilización y revegetalización, la siembra de líneas o barreras de vetiver en curvas de nivel distanciadas un metro, iniciando en la corona del talud con seis plántulas de vetiver tipo vivero por cada metro lineal de barrera. Si las condiciones lo ameritan, la distancia entre líneas de vetiver podría disminuirse hasta medio metro.
Estas líneas longitudinales de vetiver del cuerpo del talud y de la corona, protegerán de las aguas de escorrentía de las zonas aledañas, actuando sus resistentes tallos como filtros de sedimentación y disipadores de energía y sus profundas raíces de cuatro a seis metros de profundidad, como muros de contención sucesivos y perennes.
Se pretende estabilizar y obtener una rápida cobertura del suelo, disminuir la energía de impacto de las gotas de agua lluvia, proteger contra la velocidad del agua de escorrentía superficial y la acción del viento. Que la nueva vegetación propicie un amarre superficial y subsuperficial del suelo y que se reactive el ciclo de mineralización de la materia orgánica en los taludes.
En bioingeniería de suelos se usa en revegetalización y estabilización de taludes de corte y terraplén en vías, diques y obras civiles. Además, ayuda a recuperar suelos erosionados por minería, yacimientos y cuencas de agua, y purificación en lagunas de oxidación, lagos y afluentes.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6