Medellín siempre ha sonado como una posible meca del cine, pero es un anhelo que no se concreta. Sin embargo, aún hay quienes le apuestan a ello. Para la muestra, Obtura y Resplandor Films, dos firmas con un sueño: hacer cine rentable en Medellín.
Ambas son empresas jóvenes, que han incursionado en el mismo campo y que han vivido las dificultades de producir séptimo arte de buena calidad en la ciudad.
"Obtura empezó en 2007, cuando mi hermano Juan David Múnera y yo estábamos en los primeros semestres de Publicidad y Comunicación Social, respectivamente. Al principio todo era muy experimental, pero día a día nuestro ideal tomó más fuerza", comenta Juan Eduardo, encargado de la dirección cinematográfica y de video.
Por su parte, Resplandor, nació del sueño de Yesid Leone Moreno, un enamorado del arte, que rodó una película hace seis años que no dio los resultados esperados.
Decidió, entonces, formar actores especializados en cine, para empezar. Años después aparecieron Lina Giraldo, experta en producción, y David Jiménez el encargado de las finanzas. Ellos tres le dieron forma a su empresa hace dos años y hasta el momento han rodado trabajos con la idea de que tengan proyección internacional.
Pero su proceso no ha sido fácil. Para estas dos organizaciones hacer cine en Medellín es complicado por los costos y la financiación.
"La ciudad tiene una desventaja, y es que la gente no valora el trabajo audiovisual como lo hacen ciudades con más tradición cinematográfica como Bogotá. Aquí nos falta mucho como gremio. Lo que más desearía un director es hacer su primera película sin tener que hipotecar la casa o arriesgarse a quebrar su productora en su primer proyecto", comenta Juan Eduardo Múnera quien trabaja, junto a su hermano Juan David, en un cortometraje sobre las fronteras invisibles de la ciudad.
"En Medellín y en Colombia hay mucho talento, el problema principal es que la industria no es sostenible porque no se piensa en el cine como un negocio. Si un inversionista confía en el proyecto hay que darle rentabilidad, y esa es una idea que apenas está captando la gente", dice David Jiménez encargado de la línea de negocios de Resplandor Films.
Tanto para esta empresa como para Obtura Producciones, parte del problema no está en el talento de las personas o en las ganas que tiene la gente de hacer cine, sino en las dificultades para encontrar inversionistas que crean en el cuento cinematográfico y que estén convencidos de que Colombia y Medellín son dos plazas importantes para que la industria genere ingresos.
Juan Eduardo afirma que le gustaría ver más gente consuma cine colombiano, no sólo por ayudar a crecer la tan anhelada industria, sino porque es necesario que vean esa mirada que no la da la televisión, opinión que comparten también David y Lina.
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