La capacidad oratoria del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a brillar anoche en la sede del Congreso durante su quinto discurso del Estado de la Unión, bajo el escrutinio de los legisladores y sus invitados.
Sus palabras recorrieron los asuntos que más preocupan a los estadounidenses y se centraron, como se esperaba, en las estrategias que implementará el Ejecutivo para favorecer la recuperación económica y la generación de puestos de trabajo en un país con una tasa de desempleo del 7,9 por ciento.
"El discurso del Presidente fue un llamado no sólo al Congreso, sino también a los militares, para solucionar juntos los problemas nacionales. Pero más que todo estuvo dirigido a la gente, pues abarcó las preocupaciones de toda la nación", explicó el profesor de Política Internacional de la American University of Washington, Emilio Viano.
Obama también delineó medidas para reducir la participación de Estados Unidos en la impopular guerra en Afganistán y anunció que 34.000 soldados estadounidenses volverán a casa a comienzos del 2014.
Sobre los hombros de Obama pesa ahora la premura del tiempo, aunque ya no tiene la presión que ejerce la época electoral ni está sometido al escrutinio de su efectividad para continuar con el legado guerrerista de su antecesor, George Bush.
La misión del gobernante: convencer a una Cámara de Representantes mayoritariamente republicana de apoyar sus iniciativas para frenar una deuda nacional que alcanza los 16 billones de pesos, aumentar las regulaciones a la tenencia de armas y acordar una política migratoria más amigable con los foráneos.
El problema radica en que el próximo año tendrán lugar las elecciones legislativas, en las que el equilibrio de fuerzas en el Congreso podría moverse hacia un lado que favorezca a los republicanos, dificultando más su gestión.
"Básicamente tiene un año para lograr grandes retos legislativos, porque tras el primer año llegan las elecciones de mitad de mandato, que serán parcialmente un referendo sobre su presidencia", dijo a Reuters la profesora asociada de Gobierno Estadounidense en la Universidad de Georgetown, Michele Swers.
El hecho de que millones de personas en el país siguieron la intervención en las pantallas de televisores, computadores y dispositivos móviles, puede jugar a favor del Presidente, teniendo en cuenta su estrategia de apelar a los ciudadanos para que sean ellos quienes presionen a los congresistas, sobre todo en el tema de armas.
Estrategias de presión
Ayer, el auditorio del Congreso contó con la presencia de familiares de víctimas o personas afectadas por situaciones de violencia con armas de fuego. El representante demócrata Jim Langevin dijo a la prensa que dichas personas atendieron a la invitación de 22 representantes federales, en una clara estrategia de presión a sus colegas republicanos.
La respuesta republicana fue llevar al Congreso a la estrella de rock Ted Nugent, conocido opositor al control de las armas, invitado por el representante republicano Steve Stockman.
Los republicanos eligieron también a una figura hispana, el senador Marco Rubio, para dar el discurso de respuesta al Presidente, con la visión de ese partido para solucionar los problemas planteados por él, algo que, según explicó a EL COLOMBIANO la directora de Pregrados y profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de la Florida, Astrid Arrarás, es también tradición en E.U.
Sobre Rubio, el exembajador de E.U. ante la OEA, Luis Lauredo, afirmó que el político no tiene el peso suficiente para ser la cara republicana que respondió a Obama.
"El senador Rubio está de moda y sus posturas no son sólidas. Ahora, después de las elecciones, es más moderado en el tema de inmigración, a pesar de la posición fuerte que mantuvo durante la campaña", señaló Lauredo.
La intervención de Rubio, de ascendencia cubana, llegó después de que los republicanos no lograran obtener el favor de los hispanos en las urnas en noviembre pasado.
"El discurso de Rubio demostró que los republicanos tomaron nota de que sin el voto latino no volverán a la Casa Blanca, y hacen un esfuerzo para atraerlo", explicó el profesor de la Universidad de Nueva York, Patricio Navia.
El catedrático añadió que lo importante de la respuesta republicana es que muestra la disposición de ese colectivo a aceptar un acuerdo para una reforma migratoria.
Pero la percepción de avance que dejó el discurso del estado de la Unión pronunciado por Obama, especialmente en el tema económico, fue desvirtuada ayer por el profesor de Finanzas de la Universidad de Notre Dame y execonomista de la Reserva Federal, Jeffrey Bergstrand.
El experto dijo a Reuters que es baja la probabilidad de que se aprueben iniciativas económicas a corto plazo que requieran gasto gubernamental en una Cámara de Representantes republicana.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no