Lo que le sucedió a Sebastián Vettel ayer en las clasificaciones para el Gran Premio de Australia puede ser un aviso de lo que vivirá en las primeras válidas, mientras su equipo le pone a punto el carro.
El piloto alemán marcó el decimotercer mejor tiempo en las sesiones de clasificación y por lo tanto no logró acceder a la última tanda (Q3). Eso, según las estadísticas, no le sucedía en las últimas 27 carreras, desde el Gran Premio de Bélgica de 2012.
Vettel, que marcó un mejor registro de 1:44.668 se vio fuera de la última tanda tras quedarse con el decimotercer mejor tiempo en la Q2, después de dejar su vuelta rápida para el último momento y no lograr situarse entre los diez mejores puestos.
La dificultad en el pilotaje con el nuevo coche y en las condiciones de mojado también fueron reconocidas por el vigente campeón mundial. "Con seguridad no estoy contento, ha sido una tarde difícil, me las he visto muy difíciles con el coche".
Y lo que se presagiaba, el dominio de Mercedes, con Lewis Hamilton a la cabeza, se dio al pie de la letra. Según los despachos de agencias internacionales, situados en el circuito de Albert Park, El dominio de los Mercedes fue patente de nuevo, como había sido durante los entrenamientos, porque el tercer lugar fue para el compañero de equipo Nico Rosberg. Fue la primera pole de la temporada para Hamilton y es la trigésima segunda salida desde el primer lugar de la parrilla.
"Está siendo un fin de semana interesante, difícil y duro con estas condiciones, pero estoy contento con el trabajo del equipo. Estos coches nuevos son más difíciles de conducir en mojado. Es la primera vez que lo manejo así, igual que los demás", afirmó Hamilton a AP. A las 2:00 a.m. -hora colombiana- se dio la largada.
Lo que sí quedó claro fue el dominio de la parrilla por los motores Mercedes: seis de los diez primeros monoplazas están impulsados por la factoría alemana, incluído el de Fernando Alonso, quien partió quinto.
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