Más de 300 casas abandonadas, unas dos mil personas desplazadas, es el temor a una guerra sin cuartel. Ese es el panorama que hoy se vive en una zona marginal del extremo oriental de la ciudad, la invasión Brisas de Comuneros, donde cuatro pandillas al servicio de bandas criminales amenazan con desatar un enfrentamiento sin antecedentes en la historia reciente de Cali.
Esta historia de violencia comenzó el pasado 14 de mayo cuando un grupo de unos 20 hombres que se hacen llamar los Buenaventureños inundó de panfletos amenazantes a Brisas de Comuneros, cerca al barrio el Vallado, exigiendo el desalojo de todas las casas en un plazo 20 días.
Según dice, empezaron a llegar a la comuna 15, exactamente a la invasión Brisas de Comuneros, después de que oficinas de cobro del barrio Mojica, compuestas por gente de la Colonia Nariñense, entraron en disputa con una oficina de cobro de Mariano Ramos, que anteriormente ejercía su poder en el Vallado y en Brisas de Comuneros.
Según indican, los enfrentamientos se iniciaron en el 2009 y la masacre de cinco miembros de la familia Tolosa Carabalí, en noviembre de 2009, habría sido una de las consecuencias, pues los Tolosa provenían de Nariño y buscaban apoderarse del territorio controlado por la oficina de Mariano Ramos.
Aunque no se sabe muy bien hace cuánto los Buenaventureños operan en Brisas de Comuneros, y aseguran que desde hace aproximadamente tres meses su accionar se ha modificado. “Empezaron a desterrar a la gente de la invasión, a cobrar vacunas no solo a los establecimientos comerciales sino a las casas. Todo con el propósito de traer a su gente a vivir en esa zona”, dice.
Investigaciones de la Personería Municipal dicen que se trataría de 20 hombres, la gente dice que es evidente que son más de 20, tal vez más de 50. “Y no son una pandilla, porque tienen fusiles y armamento fuerte. Son una banda criminal”, precisa.
Un investigador de la Policía afirma que se tienen identificados a cuatro cabecillas de los Buenaventureños: alias "Meneses", alias "Danilo", alias "Camastrón" y alias "Buey", quienes ejercen su dominio no solo en Brisas de Comuneros, sino en el Vallado.
Los papeles entregados decían que quien se quedara moriría. Han pasado 16 días. Decenas de familias han salido de la invasión. Según dicen los habitantes de Brisas de Comuneros, a la fecha ya se cuentan más de 300 casas abandonadas en la zona.
Otras decenas esperan. Hay quienes se están armando para enfrentarlos. En cuatro días habrá de ser la huida o la muerte, según la amenaza de los sicarios.
Sin embargo, para los investigadores de la Policía no se trata de un grupo nuevo. Los Buenaventureños, dicen, existen desde hace años en el lugar y la violencia que generan no es nueva. “Están allá hace mucho tiempo y se disputan ese territorio para el microtráfico y para cobrar vacunas”, dice la fuente.
Según cifras del Observatorio Social de Cali, en los primeros tres meses de este año, la comuna 15, a la que pertenece Brisas de Comuneros, fue la tercera con más homicidios: 42 muertes.
El comandante de la Policía de Cali, general Fabio Castañeda, dijo a El País que la Fuerza Pública está haciendo presencia. Habla de 40 carabineros, de personal de inteligencia. Dice que en Cali “nadie le impone plazos a nadie”.
Pero en los sucios callejones de Brisas de Comuneros hay un reloj que sigue corriendo. Los que vieron los panfletos insisten en que sólo quedan cuatro días. Que en la zona no hay Policías, sólo desolación y un dilema claro para los que aún quedan: la huída o la muerte.
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