Los gritos de angustia y el movimiento de socorristas y maquinaria, llamaron la atención, durante la madrugada del martes, de los vecinos del sector El Calvario, cuando un simulacro de tragedia en estructuras colapsadas, despidió la vieja sede de la estación de bomberos de Campo Valdés.
Aprovechando que se iba a iniciar la demolición de la estructura, el Simpad, los bomberos de Medellín, de Envigado y otros organismos de socorro, decidieron poner en práctica los conocimientos adquiridos en diferentes cursos en Colombia y en el exterior del grupo Usar (Urban Search Rescue, por sus siglas en inglés), sede Medellín.
Como si se tratara de un hecho real, con la ayuda de rotomartillos, mototrozadoras, generadores eléctricos, barras, cizallas y otras herramientas, los expertos, que contaron con un equipo canino para detectar víctimas, rescataron, supuestamente, a varias personas que quedaron atrapadas entre paredes y losas de concreto colapsadas.
Sin embargo, romper los muros de cemento reforzado y adobes macizos, utilizados en los años 60 en la construcción de esta sede bomberil, fue todo un reto para los socorristas, que debieron utilizar al máximo sus fuerzas y destrezas, para abrir los boquetes que les permitieran tener acceso a los "heridos".
Una vez las víctimas recibían atención de primeros auxilios, eran inmovilizadas en camillas, las que, luego, debieron hacer cruzar por una serie de rotos abiertos en las paredes, hasta sacarlos de las ruinas y ponerlos a salvo en carpas improvisadas, en las cuales el personal médico los evaluaba y determinaba su remisión a centros asistenciales.
Esta singular actividad concluyó a las 5:00 a.m. del miércoles y los socorristas, con sus equipos, les dieron paso a los ingenieros, obreros y maquinaria, para demoler la estación, caracterizada porque en su entrada tenía la gigantesca efigie de un bombero.
Por sus pasillos circularon diversas historias, como la del asesinato, a finales de los años 80, de uno de los oficiales más apreciados por sus compañeros y quien estaba en turno, el capitán Gildardo Gaviria, conocido como Yiyo.
Las obras de la estación concluyeron en 1965, pero a ella solo llegaron los bomberos en 1967, porque durante dos años la ocupó un grupo de desplazados.
Allí se levantará una moderna sede, la cual, al igual que la nueva estación que se construirá en el corregimiento San Antonio de Prado, debe estar lista en seis meses. La inversión, en ambas obras, es de 3.500 millones de pesos.
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